miércoles, 23 de abril de 2008

la vida de agencia y el síndrome de tourette

son casi las 3 de la mañana y aún estamos metidos en la agencia. una semana al mes nos toca quedarnos hasta tarde para el cierre de catálogo. durante las primeras horas renegamos como mandriles y nos trepamos a las rejas de las ventanas clamando por los heladeros (como si aquella ira pompeyana pudiera aplacarse a punta de donitos). ese período suele comprender desde las 4 de la tarde hasta las 8 de la noche. A las 9 como que la cosa se anima porque ya podemos pedir comida a costa de la agencia y no escatimamos gula en convertir todo el fee del cliente en humeantes pollos a la brasa que comemos con las manos. a las 10 de la noche me quito la correa y me la ato alrededor del tórax a lo pancho villa. a las 11 de la noche y tras haber digerido el pollo, mi jefa comienza a hacer preguntas raras como: qué es lo más loco que has hecho borracho? o qué es lo más loco que has hecho por amor? o cuál es la pose más loca que has hecho? ella siempre gana. incluso ganó con honores cuando contó que tras volver de una borrachera y no encontrar las llaves, sacó a su propia dálmata de su casa de madera para meterse a dormir allí la resaca. a la medianoche el couch, que se ha comprado una casaca idéntica a la de robert de niro en taxi driver, voltea a mirarme cada cierto tiempo, me apunta con el dedo y me pregunta: are you talkin' to me?. a la 1 am lorena, también conocida como la happytreefriend, aventuras de la pradera, gizmo crespo, pichón de lemur o quieromoverelbote me llama por teléfono desde su sitio cada treinta segundos y me dice: -soy tu culo-, a lo que yo respondo dando de correazos a los escritorios y haciendo goles de borja con el tachito de la basura. a las 2 am carlitos el antiguo y pichón de ronsoco se disputan el título de dj en un mano a mano que nos tiene delirando entre el ska tropical de la mente y los grandes éxitos de isabel pantoja. a las 3 am el colpaso general del grupo es inevitable. ese es el momento en que todos somos poseídos por el síndrome de tourette y soltamos una tira de lisuras que le desprenderían las orejas con todo y raíz al más curtido. comenzamos con las básicas: poto, mierda, culo, moco, caca, pene, chucha, carajo, concha, pinga. sin embargo, pese a lo que mucha gente cree, el síndrome de tourette no simplemente se caracteriza por la repetición de palabras obscenas, y eso lo hemos comprobado nosotros con la práctica. es cierto que al comienzo nos emocionamos con las palabras cortas y voxpopuli, que soltamos en modo metralleta entre carcajadas y lágrimas; sin embargo, tras superar esa etapa sin haber conseguido liberar la euforia general, comienzan a salir de nuestras bocas conjunciones insospechadas de palabras que terminan por tumbarnos al suelo, presos de una risa nerviosa que va acompañada de espasmos y ligeras epilepsias y que culmina vergonzosamente con pequeños charcos de orina y materia gris sobre el parquet de la oficina. las frases acuñadas de hoy: vómito de burro - culo de vieja - la pinga de king kong.

martes, 22 de abril de 2008

una velada familiar

hoy hemos celebrado en casa el cumpleaños de mi prima tania. mi papá compró veinticuatro piernas de pollo y las comimos entre todos. también hubo ensalada rusa y cervezas. yo preparé el pisco sour. mi papá dice que quiere que le enseñe las medidas para hacerlo, pero le he dicho que eso no se va a poder porque yo no uso medidas sino que echo chorritos intuitivamente hasta que sale algo. mi papá entiende lo que digo porque a él le sucede igual cuando prepara jugos. mi papá es el señor de los jugos. bueno así le puso mi prima sandra y desde entonces le llamamos así. también le decimos el señor de las papayas o el loco de las piñas porque cuando le da por algo se vuelve muy pop y vuelca todo su ahinco a ello. focos, papayas o piernas de pollo. hoy a la fiesta también vino caro. caro es la novia de mi prima tania. los primos sabemos que a tania le gustan las chicas pero mi papá y mi tía no saben así que sólo comían sus piernas de pollo y se reían. luego mi papá se acordó de aquel viaje que hicimos a canchaque en su lada blanco. yo le dije que podía nombrar exactamente las canciones del único casette que llevamos al viaje y que eran: el popurrí de pandora, déjame llorar de montaner, déjame estar a tu lado de magneto, y otras lentas de aquella época. mis primas se acordaron que cuando yo era chiquito las perseguía con un insecticida y un encendedor que usaba conjuntamente a modo de lanzallamas, pero yo he negado todos los cargos. ahora ya se fueron todos a dormir porque mañana apenas es martes y tenemos que trabajar. sobre una fuente en la cocina aún quedan unas ocho piernas de pollo disfrutando de la brisa nocturna que se mete por la ventana. talvez mañana tenga que llevarme un par de ellas a la agencia.

lunes, 21 de abril de 2008

the muppet show

buddy rich vs animal




vincent price




act naturally - the beatles

domingo, 20 de abril de 2008

thriller

hace unos días, huyendo del trabajo y dando vueltas por el óvalo gutiérrez, me topé cara a cara con un póster que celebra los 25 años del album thriller. ese casette fue el primero que tuve en mi vida. tenía tres o cuatro años y me quedaba pegado al pequeño televisor jvc de mis papás cada vez que ponían el video y aparecía Michael con su chica y todos esos muertos vivientes. recuerdo que al comienzo él le salía con el viejo truco de "uy nos quedamos sin gasolina en este bosque oscuro" y ella le miraba así ¬¬ y luego se echan a andar y él se le declara y luego sigue eso de: yo no soy como los otros chicos. Y ella: claro que no Michael, por eso es que te amo!. Y él: no, me refiero a que soy diferente. Y ella: de qué coño estás hablando? y él: RUNNN BITCHHH RUNNNN!!!!! xD el mejor video de la historia!. también tuve un rompecabezas del album que nunca pude armar porque todas las caras de los malditos zombis se parecían y no había forma de lograrlo. vaya video. me pregunto dónde coño podrá estar ese casette, el puto rompecabezas, la nariz de michael y esos veinticinco añosss de mi vida. runnnnn bitchhh runnn!!!



jueves, 17 de abril de 2008

mis listas


este último mes he batido mi record de leer libros en una noche, ver muchas películas y portarme como un cretino con la gente que me rodea. al principio no pensé que esas cosas tuvieran una relación de causa-efecto entre sí, porque pues, eso suena un poco paranoico. pero ayer descubrí que efectivamente mientras más leo, menos soporto a la gente real. de modo que, como no creo que la culpa sea de la gente real, pues he decidido dejar los libros, las películas y el ipod por un buen tiempo; y ya saben... ser simplemente un chico que anda por ahí y escucha la música de la calle, compra el pan y conversa con la gente que le ha tocado vivir.

bueno, el hecho es que como voy a hacer una pausa en eso, he decidido hacer una lista de las que hasta este punto de mi vida, son mis películas y mis libros favoritos. un poco para compartirlas, otro poco para tenerla impresa (y ver de acá a unos años cuánto han cambiado mis gustos) pero sobre todo para que ustedes la completen con sus propias favoritas y así yo tenga algo que buscar cuando acabe mi receso. las listas por supuesto no son listas perfectas. de hecho, he dejado atrás libros fabulosos como A Sangre Fría y Cien años de Soledad porque la idea de mi lista, es poner no lo que me parece genial, sino aquellas películas y libros que aún cuando sé que tienen defectos salvajes, necesito ver o leer una y otra vez como un adicto de la cocacola.


pd1. no hice lista de albumes pq no soy de los que oye álbumes sino canciones y esa lista sería interminable
pd2. he puesto sólo 1 película por director y 1 libro por escritor, razón por la que se han quedado afuera películas como reservoir dogs, ed wood, back to the future, y libros como todos los de cuentos de bukowski, los de cortázar o franny y zooey del buen salinger.

bueno pues, sin más preámbulo aquí van.


Libros
La senda del perdedor - Charles Bukowski
En el camino - Jack Kerouac
El guardián entre el centeno - J. D. Salinger
Catedral - Raymond Carver
Las Vírgenes Suicidas - Jeffrey Eugénides
La melancólica muerte del chico ostra - Tim Burton
Desayuno en Tiffany's - Truman Capote
El lobo estepario - Herman Hesse
La caída - Albert Camus
La Perla - John Steinbeck
El país de las últimas cosas - Paul Auster
Ensayo sobre la ceguera - José Saramago
Trópico de Cáncer - Henry Miller
Momo - Michel Ende
Me dicen Sara Tomate - Jean Ure
Alta Fidelidad - Nick Hornby
Héroes - Ray Loriga
Rayuela - Julio Cortázar
Sobre héroes y tumbas - Ernesto Sábato
Ojos de perro azul - Gabriel García Márquez
La Palabra del mudo - Julio Ramón Ribeyro
Los cachorros / Los Jefes - Mario Vargas Llosa
La vida exagerada de Martín Romaña - Alfredo Bryce Echenique



Películas
Trainspotting - Danny Boyle
Pulp Fiction - Quentin Tarantino
Edward Scissorhands - Tim Burton
Le fabuleux destin d' Amelie Poulain - Jean-Pierre Jeunet
Eternal Sunshine of the Spotless Mind - Michel Gondry
American Splendor - Shari Springer Berman & Robert Pulcini
When Harry met Sally - Nora Ephron / Rob Reiner
Cinema Paradiso - Giuseppe Tornatore
Shawshank Redemption - Frank Darabont
Un día de furia - Joel Schumacher
The Truman Show - Peter Weir
Love actually - Richard Curtis
Carlito's Way - Brian de Palma
Blow up - Michelangelo Antonioni
El club de la pelea - David Fincher
12 Monos - Terry Gilliam
Frida - Julie Taymor
Before Sunrise - Richard Linklater
Betty Blue - Jean-Jacques Beineix
El graduado - Mike Nichols
Snatch - Guy Ritchie
Un perro andaluz - Luis Buñuel y Salvador Dalí
Spun - Jonas Åkerlund
A Perfect World - Clint Eastwood
10,000 bc - Roland Emmerich
Luna de hiel - Roman Polanski
50 first dates - Peter Segal
The Wedding Singer - Frank Coraci
Stand by me - Rob Reiner
Big - Penny Marshall
Tremors - Ron Underwood
La mosca - David Cronenberg
Los dioses deben estar locos II - Jamie Uys
Los amantes del círculo polar - Julio Médem
Corre Lola Corre - Tom Tykwer
Nosferatu - FW Murnau
Faraway So Close - Wim Wenders
Los lunes al sol - Fernando León de Aranoa
El Profesional - Luc Besson
Todo sobre mi madre - Pedro Almodóvar
Amores Perros - Alejandro González iñarritu
Magnolia - Paul Thomas Anderson
Los Pájaros - Alfred Hitchcock
Los Sueños - Akira Kurosawa
Tiburón - Steven Spielberg
El exorcista - William Friedkin
American Beauty - Sam Mendes
Dog Day Afternoon - Sidney Lumet
Finding Nemo - Andrew Stanton
Modern Times - Charles Chaplin
Goodfellas - Martin Scorsese
Leaving Las Vegas - Mike Figgis
Thelma and Louis - Ridley Scott
Cidade de Deus - Fernando Meirelles
Wild at Heart - David Lynch
Underground - Emir Kusturica
I am Sam - Jessie Nelson
Forrest Gump - Robert Zemeckis
Las Vírgenes Suicidas - Sofia Coppola
El hijo de la novia - Juan José Campanella
El Padrino I y II - Francis Ford Coppola
Annie Hall - Woody Allen
Full Metal Jacket - Stanley Kubrick
Almost Famous - James Cameron
Grandes Esperanzas - Alfonso Cuarón
High Fidelity - Stephen Frears
El lado oscuro del corazón - Eliseo Subiela


=D

domingo, 13 de abril de 2008

sábado, 12 de abril de 2008

a denial

son las once de la noche del sábado y voy bajando por la avenida aviación con el ipod puesto al tope del volumen en un playlist de nirvana. tengo tres playlists dedicados a la banda: el de su unplugged en ny, la antología póstuma con grabaciones de garaje; y una carpeta que simplemente se llama nirvana y que contiene los temas del unplugged en sus versiones no desenchufadas y que es el que voy oyendo mientras bajo por la avenida.

la avenida aviación es probablemente una de las más feas de esta ciudad. el trayecto que me lleva desde la Javier Prado hasta mi casa es atravesado por aquella procesión infinita de columnas de cemento que esperan desde los ochentas el paso del tren eléctrico, mientras a cada lado, bajan de los taxis: chicas en minifalda, tipos con gel en el cabello y viejas imsomnes y ojerosas a llenar como lemmings desquiciados los tragamonedas, karaokes, pollerías, discotecas y trocas mal llamados saunas, que irán vaciándose a lo largo de la noche y dejando tan sólo una constelación de tickets pisoteados, botellas rotas y un vago rastro de desolación como una columa de humo que escapa de un cigarrillo mal apagado.

si he conseguido atravesar esa avenida durante tantos años sin desmoronarme, es gracias a que casi desde que tengo memoria he llevado siempre conmigo un walkman, un discman y finalmente un ipod, que me han ayudado a distorsionar por completo mi visión de la realidad al punto de convertir lugares horribles en limbos desiertos cuyas únicas edificaciones son riffs de guitarra y voces maravillosas. ahora mismo, mientras atravieso la avenida, pienso en que si kurt, dave y krist no estuviesen gritándome a las orejas sus canciones y distrayéndome de toda esta gente, estaría preguntándome donde rayos podría conseguir un lanzallamas.

es raro como, a pesar de que ya no tolero la música demasiado estridente, ni los grupos gritones y las guitarras con el efecto de distortion al máximo, ha sobrevivido en mi aquella necesidad salvaje de oir cada cierto tiempo algo de la banda de seattle. sus canciones, ya nunca podrán sonarme estridentes. he comprobado con sorpresa que puedo oírlas mientras me baño, antes de ir al trabajo, mientras almuerzo e incluso como música de fondo para dormir un rato en la tarde.

talvez no sea todo mérito de la banda. me refiero a que supongo que siguen habiendo bandas muy buenas dentro de toda esa horda de salvajes que gritan y le dan a las guitarras como si en ello se les fuera la vida. es sólo que yo no he crecido oyendo a esas bandas, no me han grabado sus casettes ni he pogueado sus grandes éxitos.

con nirvana es totalmente diferente. por supuesto que comprendo que mucha gente deteste la música grunge que hacían o que les resulte imposible extraer algo de poesía dentro de todo aquel ruído infernal que hacía cobain cuando rasgaba su guitarra o se tragaba los micrófonos en pleno concierto. y comprendo también con un poco de rabia a aquellos que odian el mito de su muerte (vaya, como si aquel suicidio fuese una afrenta personal contra ellos por seguir vivos), pero digamos, en lo que concierne a mi y a los chicos que crecieron conmigo...

¿cómo podría sonarnos estridente la música que nos dió a los catorce años, la oportunidad de salir a la pista de baile a estrellarnos los unos contra los otros y soltar aquella confusión que teníamos en los corazones y por la que luego nos conocerían como la generación x?

¿cómo podría resultarnos estúpido el suicidio de su vocalista, cuando la noticia nos sorprendió confundidos en los pabellones del colegio apenas unos meses después de que todos estuviésemos tratando de conseguir su disco del unplugged en copia, original o video?

¿cómo podría yo esta noche, intentar bajarle el volumen a smells like teen spirit, si la he gritado tantas veces que terminó por convertirse en un sonido metabólico que regula mi ritmo cardíaco, respiratorio y cerebral, y que me aleja de todas las cosas que puedan ponerme triste mientras hago el camino de regreso a casa a través de la avenida aviación?

sábado, 5 de abril de 2008

mi papá, los guns n roses y luchito hernández

Mi papá anda ahora con un polo de los Guns n' Roses. Es un polo bonito de color crema con la portada del disco Lies. Visto de lejos hasta podría pasar por una prenda sobria, sin embargo cuando lo examinas de cerca te das cuenta que la portada de aquel disco simula un periódico sensacionalista y tiene frases escritas como La cruda verdad, Estás loco, Sexo sexo sexo, y además en la parte inferior se puede leer una pequeña noticia sobre un hombre que demanda a su ex-mujer por tomar su esperma sin permiso.

Calculo que mi papá no se fijó en todo eso al comprarlo. De hecho yo estaba con él en el Ripley de Trujillo cuando me pidió que lo ayude a escoger y tampoco me fijé mucho. Recuerdo que me extendió delante de las narices dos colgadores: uno era el polo de los Guns y el otro era de los Beasty Boys. Nunca he sido un gran fanático de los Beasty Boys. Apenas si recuerdo que el video de su canción Sabotage estuvo nominado para los Mtv music awards por aquellas épocas en que yo aún veía Mtv y grababa episodios de Beavis y Butthead. Y bueno, ya sé que de todas formas tanto los Guns n' Roses como los Beasty Boys son ajenos al background musical de mi padre, pero en cualquier caso es más saludable que lo vean por las calles de Talara con el de los Guns y se lo imaginen silbando el intro de Patience, a que se lo figuren oyendo Sabotage a todo volumen mientras presa de un ataque autodestructivo le da de fierrazos a las máquinas congeladoras de su fábrica de cremoladas.

Es loco como de acá a un tiempo el carácter de mi papá ha ido relajándose y ahora pueda uno verlo por allí usando polos de bandas metal ochenteras o pidiéndome que le grabe el Tinta Roja y el tributo de las bandas mexicanas a José José. No es que yo haya crecido bajo un régimen dictatorial ni nada parecido. Mi papá siempre ha sido un tipo muy divertido, bailarín y buen bebedor y comedor. Sin embargo, fuera de los temas familiares, nunca habíamos mantenido conversaciones que sobrepasaran los diez minutos. Este acercamiento a temas que limitan directamente con lo más hondo de nosotros: la música, nuestros amigos, las chicas, o la literatura en mi caso particular, es un derecho que hemos venido a reclamar apenas hace un par de años, pero que velozmente ha elevado nuestra relación padre-hijo, al nivel de: patas del alma.

Hoy por ejemplo, justo antes de que mi papá se fuese a tomar el bus para volver al caluroso norte del Perú, nos encontramos en Quilca para despedirnos. Yo salía de un recital en El Averno con los chicos de Heridita y él se apareció allí con su maletín. No sólo dejó que le mostrase El Averno y que le explicase un poco la historia de la foto de El Gigante de Martín Chambi, pintada sobre una de las paredes, sino que además cuando terminé de contarle como había salido todo, los poemas que leímos y las cosas que vendimos, me preguntó si no quería entrar al boulevard de la cultura para comprarme algún libro.

Ok. Yo sé que talvez hayan cientos de padres que compran libros a sus hijos. No pretendo que eso en sí mismo sea una gran hazaña, es sólo que en nuestro caso, aquel pequeño gesto, aparentemente desinteresado y hasta casual, es muy simbólico, por la larga tira de acontecimientos de los que se desprende.

Imaginen esto: Mi papá es ingeniero. De pronto un día, yo - su primogénito que se pasó la primaria ganando uno tras otro concurso de matemáticas- se le aparece con la idea de mandar las matemáticas a tomar por el culo para postular a la carrera de publicidad. Imaginen que después de resignarse a mi voluntad y pagarme feliz toda la carrera de publicidad, yo le dijera (la noche en la que coincidentemente me enteré de que el puesto de diseñador al que acababa de postular era mío y que uno de mis cuentos iba a salir por primera vez publicado en una antología), que la segunda noticia era muchísimo más importante para mi, y que ahora que sabía que a alguien le gustaba lo que yo escribía la publicidad podía irse a tomar por el culo (que tal cretino!). Imaginen además, que con la llegada de la literatura a mi vida, dejé de ir a las peluquerías, aumenté mi consumo de alcohol y de pronto la densidad poblacional de mi bibliteca crecía de forma inversamente proporcional a la de mi ropero, donde se veían jeanes y polos en condiciones cada vez más deplorables.

Después de todo aquello, que mi papá venga a buscarme hasta Quilca con su maletín en la mano, y se ponga a decirme que si quiero entrar al boulevar de la cultura a escoger algún libro, es algo que me desarma.

Ya para acabar, les cuento que finalmente entramos y escogí una antología de los cuadernos de Luchito Hernández llamada Vox Horrísona. Me lo vine leyendo en la combi mientras él iba en la dirección opuesta a tomar su bus hacia el norte.

Supongo que yo no soy el hijo matemático que él soñó ni él la estrella de rock que yo hubiese querido como padre, pero parece ser que las cosas han ido mucho mejor así. Ahora él se divierte encontrándose como personaje dentro de mis cuentos, y yo me la paso genial visitando su fábrica de cremoladas con mis amigos y ayudándolo a escoger polos de bandas metal ochenteras.

Después de casi treinta años, hemos terminado por entender hasta las cosas que más nos diferencian el uno del otro. En mi caso: su vocación por el trabajo y su adicción a toda clase de noticieros radiales, televisivos e impresos. Y en su caso, comprender que sin querer y sin la menor intención de contrariarlo, mi vida terminó siendo un poco como uno de los poemas de Luis Hernández que están en el libro que hoy me regaló



Yo hubiera sido Premio Nobel de Física
pero el sol, la cerveza, la playa, la coca cola,
los parques, y, un amor, me lo impidieron.




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jueves, 3 de abril de 2008

kafka y la historia de la muñeca (de brooklyn follies)

- De acuerdo. Esa historia. La historia de la muñeca... Estamos en el último año de la vida de Kafka, que se ha enamorado de Dora Diamant, una chica polaca de diecinueve o veinte años de familia hasídica que se ha fugado de casa y ahora vive en Berlín. Tiene la mitad de años que él, pero es quien le infunde valor para salir de Praga, algo que Kafka desea hacer desde hace mucho, y se convierte en la primera y única mujer con quien Kafka vivirá jamás. Llega a Berlín en el otoño de 1923 y muere la primavera siguiente, pero esos últimos meses son probablemente los más felices de su vida. A pesar de su deteriorada salud. A pesar de las condiciones sociales de Berlín: escasez de alimentos, disturbios políticos, la peor inflación en la historia de Alemania. Pese a ser plenamente consciente de que tiene los días contados.

Todas las tardes, Kafka sale a dar un paseo por el parque. La mayoría de las veces, Dora lo acompaña. Un día, se encuentra con una niña pequeña que está llorando a lágrima viva. Kafka le pregunta qué le ocurre, y ella contesta que ha perdido su muñeca. Él se pone inmediatamente a inventar un cuento para explicarle lo que ha pasado. " Tu muñeca ha salido de viaje", le dice. "¿Y tú cómo lo sabes?", le pregunta la niña. "Porque me ha escrito una carta", responde Kafka. La niña parece recelosa. "¿Tienes ahí la carta?, pregunta ella. "No, lo siento", dice él, "me la he dejado en casa sin darme cuenta, pero mañana te la traigo". Es tan persuasivo, que la niña ya no sabe qué pensar. ¿Es posible que ese hombre misterioso esté diciendo la verdad?

Kafka vuelve inmediatamente a casa para escribir la carta. Se sienta frente al escritorio y Dora, que ve cómo se concentra en la tarea, observa la misma gravedad y tensión que cuando compone su propia obra. No es cuestión de defraudar a la niña. La situación requiere un verdadero trabajo literario, y está resuelto a hacerlo como es debido. Si se le ocurre una mentira bonita y convincente, podrá sustituir la muñeca perdida por una realidad diferente; falsa, quizá, pero verdadera en cierto modo y verosímil según las leyes de la ficción.

Al día siguiente, Kafka vuelve apresuradamente al parque con la carta. La niña lo está esperando, y como todavía no sabe leer, él se la lee en voz alta. La muñeca lo lamenta mucho, pero está harta de vivir con la misma gente todo el tiempo. Necesita salir y ver mundo, hacer nuevos amigos. No es que no quiera a la niña, pero le hace falta un cambio de aires, y por tanto deben separarse durante una temporada. La muñeca promete entonces a la niña que le escribirá todos los días y la mantendrá al corriente de todas sus actividades.

Ahí es donde la historia empieza a llegarme al alma. Ya es increíble que Kafka se tomara la molestia de escribir aquella primera carta, pero ahora se compromete a escribir otra cada día, única y exclusivamente para consolar a la niña, que resulta ser una completa desconocida para él, una criatura que se encuentra casualmente una tarde en el parque. ¿Qué clase de persona hace una cosa así? Y cumple su compromiso durante tres semanas, Nathan. Tres semanas. Uno de los escritores más geniales de que han existido jamás sacrificando su tiempo (su precioso tiempo que va menguando cada vez más) para redactar cartas imaginarias de una muñeca perdida. Dora dice que escribía cada frase prestando una tremenda atención al detalle, que la prosa era amena, precisa y absorbente. En otras palabras, era su estilo característico, y a lo largo de tres semanas Kafka fue diariamente al parque a leer otra carta a la niña. La muñeca crece, va al colegio, conoce a otra gente. Sigue dando a la niña garantías de su afecto, pero apunta a determinadas complicaciones que han surgido en su vida y hacen imposible su vuelta a casa. Poco a poco, Kafka va preparando a la niña para el momento en que la muñeca desaparezca de su vida por siempre jamás. Procura encontrar un final satisfactorio, pues teme que, si no lo consigue, el hechizo se rompa. Tras explorar diversas posibilidades, finalmente se decide a casar a la muñeca. Describe al joven del que se enamora, la fiesta de pedida, la boda en el campo, incluso la casa donde la muñeca vive ahora con su marido. Y entonces, en la última línea, la muñeca se despide de su antigua y querida amiga.

Para entonces, claro está, la niña ya no echa de menos a la muñeca. Kafka le ha dado otra cosa a cambio, y cuando concluyen esas tres semanas, las cartas la han aliviado de su desgracia. La niña tiene la historia, y cuando una persona es lo bastante afortunada para vivir dentro de una historia, para habitar un mundo imaginario, las penas de este mundo desaparecen. Mientras la historia sigue su curso, la realidad deja de existir.


Brooklyn Follies
Paul Auster

martes, 1 de abril de 2008