lunes, 27 de abril de 2009

Kara HOY en La Noche de Barranco



A mi no se me entiende cuando hablo en público. Ni un carajo. Por eso me he ganado chapas como Taz, Dizzy y Zed (el que gritaba en locademia de policías xD). Me pongo muy nervioso y tartamudeo. Lo extraño es que hace unos meses cuando presenté el poemario de Kara en el Jazzone, dijo la gente que hablé muy bien y hasta logré parecer un ser humano racional con pulgar oponible. Yo le echo la culpa a Kara y a los poemas. De todas formas, esta noche a modo de experimento le he prestado el libro a mi mono. Está aquí en mi cama leyéndolo y mañana él será el presentador sorpresa. Quedará de esta forma demostrado que Darwin estaba en lo cierto, y que la poesía -después de todo -si puede humanizar a las bestias.

Los esperamos!

sábado, 25 de abril de 2009

clases de dibujo con K


Colección: "Lo que hice durante mis vacaciones"

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miércoles, 22 de abril de 2009

Convocatoria ii

Queridas damiselas y cocodrilos

Después de un largo proceso de reconstrucción y debates en los que quedaron atrás hermosos nombres como: Pacman en el cielo, Querida Señora Juana, Pichi de negro y Tamalitos de verdad, algunos de los ex miembros del fanzine Heridita estamos agarrando rumbo y como diría Apu: Nuestro nuevos colectivos literarios está listos y se va a llamar:

Cadáver Exquisito


Este post es para invitar coordialmente a todos los que gusten unirse al grupo. No tenemos extaños rituales de iniciación a lo Eyes Wide Shut o Holocausto Canibal. Basta con que les guste leer y escribir y que nos manden algunas de sus atrocidades (leáse poemas, cuentos o dibujitos) a este mail: tansimpleconvoca@gmail.com y nosotros nos comunicaremos con ustedes.

El plan es volver a sacar una revista impresa, pero por lo pronto ya estamos reuniéndonos para leer y tomar lonche y pueden ir conociendo un poco a nuestra gente en el blog:


Por ahora, Cadáver Equisito somos: Laura Rosales, Julio García, Miguel Vilchez, Sandra Enciso, Karina Valcárcel, Carmen Escobar, Helí Paredes, Ricardo Olazo. Mario Morquencho y Pierre Castro.


La convocatoria cierra el 30 de Abril

No nos dejen con los crespos hechos

No mordemos

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martes, 21 de abril de 2009

Convocatoria

Esta tarde he ido a Pueblo Libre a pasear en bici y he vuelto a casa con dos tamales. Después de comérmelos he terminado de leer Conversación en La Catedral, y este es un asunto sobre el cuál no diré nada a excepción de:


Ahora estoy muy loco para dormir. He decidido darle fin a mi bigote pero luego he ido a pararme delante del espejo y no me he atrevido. ¿Por qué uno se acostumbrará a cualquier cosa? ¿Por qué nos crece bigote? ¿Para qué carajo le sirve a uno el bigote?

Hablaba con unos amigos sobre la inutilidad del arte. El arte igual que el bigote: cualquier huevada. Algo habían dicho Sábato y Rimbaud también sobre esto. Algo sobre lo necesario de esa inutilidad. Lo bello de esta inutilidad.

¿Por qué Conversación en La Catedral tiene 734 páginas? ¿De qué sirve escribir? ¿De qué, tener que bañarse los domingos para ir a ver a otros pulgosos leer sus textos en un parque? ¿De qué el vino, las caminatas por Quilca? Probablemente de nada. Pero ¿no cansa acaso que todo sirva para algo? Hasta ir a Pueblo libre por un jodido tamal sirve para algo. ¿Por qué no seguir escribiendo, entonces? ¿por qué no seguir invadiendo parques, comprando vino, leyendo en público? ¿Por qué no seguir publicando?





tansimpleconvoca@gmail.com

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miércoles, 15 de abril de 2009

me cago en Batman

Desde hace unos meses, he estado comprando los comics originales de Batman que vienen los miércoles con Perú21. Al principio ha sido un extasis, una revelación. Héctor y yo leímos frenéticamente los cuatro primeros números -el guión de Frank Miller y las ilustraciones de Mazzhucchelli-, simplemente no podíamos creerlo. ¿Has visto que paja esta huevada? ¿Ya leíste la segunda? ¡No te olvides de comprarla! ¡Maldito Frank Miller! Oh mierda! y cosas así. Luego ha venido la segunda tanda, de Barr y Davis, un poco menos oscura gráficamente y con más color, pero igual muy buena con todo aquel rollo del Segador y el asesino de los padres de Bruce. ¿Usaría la pistola? Batman? ¡Batman no lo hagas! Héctor se cagaba en la leche, se cagaba en Batman, pero feliz. Préstamelo perro, te lo traigo mañana. Dale tío.

En marzo ya empezó la tercera tanda a cargo de Starlin, Aparo y DeCarlo. Ok, no soy un experto del comic pero ¿Quién carajo son esos tipos?. Me parece que esto ya es de mucho más adelante. Aparecen Robin y el Guasón. Ya se fue todo a la mierda por supuesto. Las viñetas tienen todas iguales perspectivas, los colores bien podrían ser los de una tira de Archie y no usan segundos planos. Las he seguido comprando porque de todas maneras la historia no deja de tener gracia. No es un guión retador, lleno de vasos comunicantes como los de Miller, pero si vas en la combi y quieres leer algo entretenido, está bien.

Hoy sin embargo, el asunto se ha sobrepasado. Tres páginas antes de terminar el que compré esta mañana ha aparecido Superman. Vino volando y se puso delante de Batman el cabroncillo. Batman le ha dicho: SUPERMAN! ¿Qué haces acá? Y yo he dicho lo mismo SIII SUPERMANNN ¿QUE CHUCHA HACES ACA!??!. Luego mientras Superman le explicaba la situación, Batman ha comenzado a darle de puñetazos en la cara sin conseguir más que magullarse los propios nudillos. Una vergüenza. No he atinado a nada más que a dejar el comic a un lado, preguntarme si compraré la siguiente entrega que es la última de esta tercera tanda; y si para completar el burdel, no aparecerán en ella Aquaman, la mujer maravilla o los putos gemelos fantásticos con su mono. También me he preguntado por mi tíoHéctor. Lleva algunas semanas sin comunicarse. Ya sé que él siempre suele desaparecer, pero esto ya es mucho. Me deja preocupado la impresión que le pueda haber causado la entrega de hoy. No dejo de imaginármelo presa de una risa nerviosa, loca, triste, aún sentado en el water con el comic entre las manos, la boca abierta, el cabello crispado, la mirada fija en una viñeta en la que su gran héroe Batman -El Caballero de la noche- atesta inútiles puñetazos sobre el rostro metálico de Superman.


jueves, 9 de abril de 2009

el océano inmenso

No sé qué significa a estas alturas de mi vida saber que ya es Semana Santa. Recuerdo haber ido a Huancayo en tren, hace más de diez años. Recuerdo la Plaza de Armas, la noche, la nieve derretida en los zapatos. Recuerdo haber entrado a la iglesia y estar allí rezando mucho. Tal vez era por el frío, por la soledad o porque esa mañana trepando el nevado mi hermana se desplomó y yo, como un gran san bernardo, tuve que correr hasta el carro a traerle una botellita de ron para que recuperara el calor y pudiera caminar.

Ahora ya no entro mucho a las iglesias. Normalmente las miro desde afuera con nostalgia mientras paso en mi bicicleta. En San Borja digo: a esta me traía mi mamá. En Miraflores: aquí venía con mi hermana. En San Isidro: en esta se casó Fernando con Hueso; y luego piso el pedal, sin detenerme, sin pensar mucho ni recordar los domingos cuando vivíamos juntos, los noticiarios, los mixtos calientes, el jugo de piña.

Ayer sin embargo, un poco perdido como una mosca atrapada dentro del auto, volví a entrar a una. Al principio no sabía qué hacer. Estaba sentado en la banca y miraba a todos lados. Luego recordé a mi hermana trabajando como negra en aquel crucero, probablemente cruzando el frío Atlántico y aproximándose a Europa. No escribe hace algunas semanas la salvaje.

Nunca antes había prendido una velita misionera pero costaban sólo un sol y hacerlo no sonaba como una mala idea. Luego de encenderla estuve un rato detenido frente a todas aquellas pequeñas llamas de fuego. Eran como un pueblo de casas rojas incendiándose. Ante aquella imagen, volví a sentir la nieve en los zapatos, la distancia, ahora también: el océano inmenso. Antes de irme, pedí que si mi hermana se desplomaba en altamar siempre hubiese alguien dispuesto a correr y acercarle una botellita de ron. Una botellita de ron, o cualquier otra cosa que la ayude a mantenerse en pie.



A lo mejor hasta podría ser el buen Terry Grandchester.
El solía cruzar el Atlántico en un crucero.


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domingo, 5 de abril de 2009

lectura de domingo

En -El amante de la China del Norte- de Marguerite Duras, nunca se menciona el nombre de los dos personajes principales, a pesar de que se trata de una historia de amor y de que si se da a conocer el de otros como Paulo, Thanh, Pierre y Hélene. Lo extraño es que no me he dado cuenta de eso hasta el final. Me resultó natural que ellos simplemente fueran: el chino y la niña. Ahora me alegro de no tener sus nombres. Tal vez así olvide más rápidamente su historia y desaparezca esta sensación de melancolía tan honda que me ha dejado. Grave error terminar de leer este libro en domingo. Grave error ir al parque a leerlo y sentir que el invierno finalmente asoma la cara. Ver pasar a los aviones. Volver a mi cuarto amarillo. Saber que es domingo. Sentirlo.

Erich se me acercó el otro día. Dijo que odiaba Capote por tener la capacidad de hacerle amar a una mujer tan loca como Holly Golightly. Una mujer de la que más bien habría que huir. Le dije que a mi también me pasó lo mismo cuando leí Desayuno en Tiffany's. Que era inevitable perder la cabeza e incluso alterarse al oír su nombre después en alguna conversación cualquiera. Como si alguien dijera una mala palabra.

Me pregunto si pasaría lo mismo de no tener ella un nombre. Y me pregunto también qué pasará con el chino y la niña. Quisiera confiar en que su anonimato me ayude a olvidarlos.

No apostaría todas mis fichas.



este es mi libro, me lo robé de Metro porque la cajera me trató mal cuando se me rompió la leche chocolatada sobre la bandeja. tal vez sea el karma que vuelve a mi

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