miércoles, 19 de febrero de 2014

esa loca manía de alimentar polillas

Hoy he re-ordenado mis libros. Ya sé que esto no interesa a nadie así que pueden dejar de leer cuando gusten. Pera ya si se quedan, les cuento de paso que me estoy comiendo un pan con salchicha de ternera y un vaso de cifrut. A mí me gusta que la gente me cuente lo que ha comido. Me gusta por la misma razón por la que veo programas de cocina cuando tengo hambre: siento que mis ojos mastican. Pero digámoslo de una forma menos huachafa. Después de ver X-men llegué a creer que había desarrollado el superpoder de alimentarme por la vista o el oído. Mi estómago parecía contentarse apenas con escuchar el frshhhhhhh de un filete de pollo con romero cayendo a la sartén o al ver unas manos trozando frescas lechugas para una ensalada. ¿De qué forma eso es un superpoder? preguntó. Le dije: Cuando llegue la devastación del mundo ustedes tendrán hambre y yo no. No había un verso? Si digo pan ¿comeré? Pero volviendo a lo de los libros, decía que antes los tenía ordenados geográficamente (peruanos latinoamericanos, europeos, etc.), alguna otra vez por colecciones, otra por la intensidad con la que me habían gustado pero hoy quería probar algo nuevo. Flu estaba acá en casa y ambos mirábamos todos los libros tirados sobre mi cama. Me dijo ¿cómo los vas a ordenar? Me sentí como en la escena de High Fidelity cuando Rob dice que está ordenando sus vinilos "Autobiograficamente". No fuckin waaaay, recuerdo que repone Dick. Y Rob: "Seh! Si quiero encontrar Avalancha de Fleetwood Mac, tengo que recordar que se lo compré de regalo a alguien en 1983 pero no se lo di por razones personales" Y Dick: Eso suenaaa... Y Rob: ¿Reconfortante? Y Dick: Sí. Y Rob: LO ES. La mejor escena de todos los tiempos. Pero hoy ni cagando me iba a poner a ordenar mis libros autobiograficamente porque entonces Flu hubiese tenido que ir por 100 cervezas más y un cd de boleros cantineros. Así que los he ordenado como los ordenaría un mono en drogas: al azar. Ahora Jules Verne comparte un cuartito con Mr. Bukowski, Bolaño dejó Latinoamérica y se fue con Palahniuk, Bryce está chupando con Somerset Maugham y Amy Tan hace cucharita con Salinger. Debo admitir que este es el mejor orden que se me ha ocurrido desde que me compré el librero. Sobre todo porque ahora no sé dónde carajo he puesto cada libro y cuando observo el librero me da la impresión de que acabo de comprarme 300 libros de golpe y eso me pone loco de contento. Supongo que me pasa igual que con la comida. Por ejemplo, me basta ver la portada de El tambor de hojalata para escuchar a Oscar redoblando en mi cabeza, o ver la de Cujo para revivir el pavor de un perro rabioso persiguiéndome. Es la única razón que encuentro para dedicarle tanto tiempo y cariño todos estos libros que ya leí y que difícilmente volveré a leer. A veces parece que solo están aquí para recordarme cuán bella o fatal era mi vida en la época en que los leía.

lunes, 17 de febrero de 2014

por ejemplo quién no quisiera ser Vincent Price al final de Thriller o ser un tipo que recorre la avenida Juan de Arona a la medianoche preguntándose WHAT WHAT WHAT or WHY WHY WHY am I lost lost lost lost where the street with your name is mientras Supertramp canta la canción lógica pero no había derramado cerveza sobre mi jean, tampoco había derramado amor sobre tu pecho so you complain about what? el caracol que deja su suave rastro anaranjado y la foto de el sol a las 6 de la tarde. el rastro de tu sangre en la nieve es un cuento largo. me gustaría contártelo. verás. hay peruanos regados por todas partes. hasta en los libros. por ejemplo en IT, Ben Hanscom cuenta de los indios peruanos le enseñaron a meterse jugo de limón por las fosas nasales para soportar el licor sin morir nunca. y luego, en instrucciones de uso para la vida, Perec cuenta del millonario loco que pintaba acuarelas para rompecabezas y que se va a acampar a Lambayeque. ¿qué tan probable es una palabra como Lambayeque en una novela parisina? es un litro de agua en mi mano derecha. la manzana roja verde roja verde roja que no me comeré. mi primo no vuelve a casa. charly canta en la radio. un gato resbala por el tubo de los bomberos. un gato puede salvar una vida pero acariciar un gato no es lo mismo, verás. verás. cuando cae la lluvia con gotas gordas la vida es buena. por eso queremos irnos de esta ciudad. a una ciudad donde llueva de verdad. pero si estuviéramos en la ciudad en la que llueve de verdad querríamos venir acá donde llueve de mentira. donde el dolor es de mentira. las manzanas de mentira. el dolor de mentira. para qué? el único carruaje que nos gusta es el que dice LEJOS.

martes, 11 de febrero de 2014