viernes, 26 de enero de 2018

martes, 16 de enero de 2018

Como vai você?

Cuando yo era niño mi mamá estaba enamorada de Roberto Carlos. Tenía varios casetes suyos y los ponía con frecuencia. Imaginen una casa en la que siempre suena Qué será de ti, Cóncavo y convexo, Detalles, El gato que está triste y azul. Csmre. Hace poco le conté que en una tienda de antigüedades había encontrado un casete de Paul Anka que ella tenía y que me lo compré porque sentí que si rescataba ese recuerdo podría escribir algo. Ay, me dijo, pero si quieres los casetes están todos en cajas en el depósito. ¿Me los puedo llevar? pregunté. Claro, dijo. Así que subí y empecé a abrir cajas. Fue como hurgar en el corazón de mi mamá, en su forma de querer, de extrañar, de desear. Ahora tengo sus casetes sobre mi escritorio y al pie de mi cama. No tengo casetera para escucharlos así que lo que hago es leer la lista de canciones y buscarlas en spotify. Cuando les doy play y me pongo a cantar no siento que vuelvo a mi infancia sino a la juventud de mi mamá. Entonces voy a mirarme al espejo para buscarla. Y me alegra tanto parecerme a ella, tener su cabello, sus ojos, su sonrisa. Haber heredado hasta su forma de enamorarse.


martes, 2 de enero de 2018

mi primer viaje de h@ng@s alucinógenos

El 30 de diciembre del año 2017 
comí mi primer puñado de hongos alucinógenos 
Por suerte 
tenía una libreta a mano
Y decidí registrar el viaje
Según Gonza, 
el viaje nos duraría de 4 a 5 horas


Hasta entonces yo solo había probado marihuana
y las stoneadas me duraban de 10 a 50 minutos
(eso según quién me hubiera vendido la hierba)
Pero recuerdo todavía aquellos lejanos días de mi juventud en que los viajes de hierba me duraban un día entero porque la Amazonía de mi cerebro aún no había sido devorada por el gran incendio de la risa 


De los hongos yo no sabía nada
No sabía ni siquiera cuál era su aspecto
Gonza me contó que crecían debajo de la caca de la vaca
Y eso me gustó

Estos son los hongos que Gonza trajo esa mañana:






El día anterior no comas carne— me había advertido
Y por la mañana toma algo ligero. Yo te caigo a las 10am con los hongos
Voy a desayunar un vaso de avena— le dije ¿está bien?

Perfecto dijo


Gonza tocó mi puerta a las 11am 
Se había bañado
Yo también me había bañado
Y además había ordenado mi casa
Como si tuviera una cita con una chica bonita


Gonza se desparramó en un sillón y dijo —Bueno, comamos los hongos—.
Tranquilo, conchatumare le dije Quiero hacerlo con calma, acabo de tomar la avena
Estaba nervioso
Nervioso de una forma buena
Como si mi cerebro fuese una callecita de barrio en la que la gente estuviera sacando las sillas de sus casas y colgando guirnaldas de papel crepé de los postes de luz.

—¿Quieres saber qué te va a pasar?— preguntó Gonza
—Dale, cuéntame
—Ya, mira, no es como la hierba
—Ok, le dije, es todo lo que necesito saber


Sabía que eventualmente perdería el control de mi cerebro
Pero cogí mi lapicero azul y mi lapicero verde como si fueran las asas de un timón
Y empecé a anotar


Este es el resultado