En mi colegio decían que Jorge Caro estaba loco porque se subía al techo de los salones y se quedaba allí hasta la hora de la salida. Yo era uno de los pocos que no pensaba que Jorge estuviese loco así que fui y le pregunté qué demonios hacía allá arriba. Me dijo que tenía un pote de pintura roja y que estaba dibujando un tiranosaurio rex. Dijo que lo estaba haciendo a tamaño natural de modo que los aviones que llegaban a la base de Las Palmas pudiesen verlo. Supongo que salvo aquellos pilotos y Jorge, nadie más vio aquel tiranosaurio. Y nadie lo vio porque nadie preguntaba y preferían pensar y decir que Jorge estaba loco. Pero no estaba loco. La única diferencia entre Jorge y el resto era que mientras nosotros dibujábamos mapas del Perú en nuestros cuadernos él estaba allá arriba dibujando aquel enorme tiranosaurio. Esto no lo supo nadie salvo yo y aquel jodido psicólogo del colegio que cuando escuchó la historia le preguntó a Jorge si no había pensado en estudiar paleontología o algo que tuviera que ver con dinosaurios. Jorge le dijo "Dalí pintaba relojes y nadie le sugirió que fuera relojero"
4 comentarios:
hermoso
(AD)
si la verdad que si
esas cojudecitas solo las dicen los psicólogos (y los sacerdotes casi almodovarianos)... lo digo por experiencia.
xD,
tiene tanta razón
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