miércoles, 21 de febrero de 2018
sábila en la cara
Si hay algo que les envidio a los viejos es el haberse cansado de esperar para hacer con su vida lo que les canta el culo. Parados frente a la carretilla de la esquina, un viejito y yo esperamos nuestro emoliente. Él está primero en la cola y observa cómo el emolientero raspa una hoja de sábila sobre su vaso. -No botes la cáscara- le pide. Nuestro emolientero termina de echar esa baba transparente y le extiende la vaina verde todavía pegajosa. ¡Qué loco! pienso, el tío se va a llevar la cáscara de sábila a casa para darle otro uso medicinal. ¿Se la va a llevar? ¿A casa? Weónnnn, el tío se pone a frotarse la sábila ahí mismo sobre todo el pellejo. La usa como si fuese un jabón. Con cuidado se la pasa por ambos brazos y luego por la carita. Parece un comercial de jabón Moncler lara lalá ♫ lara lalá. El abuelo lo hace además con tanto gusto que ya parece Miss Huanchaco untándose bronceador en la orilla del mar. Luego se seca su emoliente y se va por ahí, tan contento. Y yo, que mañana cumplo 39, me digo: tú también ya estás viejazo, Pierre, úntate nomás tu sábila en la cara, postea esa canción que siempre te da roche postear, escribe los cuentos que te provoca escribir, dile que la quieres, sé feliz, ctm.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario