Si hace 5 años Karen no hubiese adoptado a Pika para que viniera a vivir con nosotros, la parte peluda de mi corazón seguiría dormida, no hubiese recuperado los paseos matutinos en el parque, la costumbre de dormir acompañado, la habilidad de cocinar manjares con camotes y mollejas, y no me hubieran llamado para escribir esta insospechada columna sobre mascotas en la revista h. Feliz cumpleaños, mi pequeña Pika, por sacar lo mejor de mí y por hacerte querer tanto a pesar de que como dijo Mafalda:
NADIE SABE QUÉ QUIERE DECIR GUAU
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