martes, 14 de enero de 2020

Hakuna Matata

No es mi culpa, en serio. Es imposible pronunciar bien el nombre de todos mis alumnos el primer día de clase. Me pongo a pasar lista y siempre, csm, siempre hay uno con el que la cago. Esta vez ha sido un muchacho llamado Ray. No debería haberme dado problemas ese nombre tan chiquito. Pero dos de mis escritores favoritos se llaman Ray y son norteamericanos: Ray Bradbury y Raymond Carver. Así que, por costumbre, yo Ray lo pronuncio en inglés: Rey. Hasta ahí tampoco debería haber mucha palta. La vaina es que mi alumno se apellida León. Rey León. Apenas termino de pronunciar su nombre escucho los timbales africanos y hasta el Hakuna Matata dentro del salón. Lo peor de todo es que Ray León es uno de esos chicos que se sientan al fondo y que no quieren llamar la atención. Nadie voltea a mirarlo, pero todos aprietan la risa y los ojos. Mueren de ganas de torcer el cuello pa'trás. Creen que al voltear van a ver a Rafiki elevando a Simba hacia el sol. Lo primero que hago es pedirle disculpas y llamarlo Ray, Ray León, presente, disculpa Ray. Pero eso no hace sino empeorarlo todo. Eventualmente la clase continúa y la paz vuelve al aula. Pero yo sigo sintiendo la mirada felina del Rey desde el fondo del salón. Antes de terminar esa primera clase de Guion, les digo que hay tarea. Es una tarea que pido todos los ciclos. Deben hacer un análisis de una película que haya sido estrenada el año en que nacieron. Y entonces miro a Ray y me pongo a rogar que no haya nacido en 1994. Porque ahí, ahí sí va a venir y me va a sacar la csmre.

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