miércoles, 29 de julio de 2009
viernes, 24 de julio de 2009
3 pequeñas notas de mi ausencia
Bueno, esto sucede en el Parque de Lima, aquel con el estanque de los patos y los botecitos a pedal. Estaba sentado en una de las bancas frente a la pileta. Yo no sé dibujar pero de todas formas había sacado mi lápiz y el cuaderno de hojas blancas que me regalaste. Intentaba copiar a dos niños de mármol que se abrazaban sobre el agua. Entonces este tipo que iba por ahí caminando se asomó a mi cuaderno. Supongo que porque me vio de gris, con lentes y la expresión tan concentrada esperaba encontrarse con un dibujo bien hecho. Pero yo no sé dibujar. El hombre vio mis garabatos y se fue desconcertado. Lo que digo es que la gente a veces sabe dibujar y a veces no sabe. No por eso vas a entrar en shock si tienen un cuaderno y se ponen a dibujar.
* * *
Alfredo me trajo de EEUU una copia en inglés de El guardián entre el centeno. Lo acabé hace una semana pero lo sigo llevando en la mochila. Hay días en que prefiero salir sin chalina que sin aquel libro.* * *
Anteayer, como a eso de las doce de la noche hubo un ligero temblor en Lima. A esa hora estaban dando Tootsie en el canal 68, aquella película en la que Dustin Hoffman hace su entrada triunfal al travestismo. Después del temblor, el tornillito de mi lente se salió así que ya no pude seguir viendo Tootsie. Una lástima porque parecía ser una buena película. No tanto como El graduado por supuesto. Siempre he querido ser como Dustin Hoffman en El graduado. Sobre todo en el momento en que entra a la piscina con aquel traje de buzo que le han comprado sus padres. No me importan mucho la Sra. Robinson ni su hija. Es sólo que siempre me he sentido como aquel buzo en la piscina. Anteayer hubo un ligero temblor en Lima. Cuando acabó te quería llamar.
martes, 7 de julio de 2009
I learn that the world goes round, so I'm waiting here for my house to pass by
Me ha tomado casi tres años leer los seis primeros capítulos de "Bajo el volcán". Los seis restantes los he leído esta noche. No he debido hacerlo. Me siento mal, terriblemente mal. Quisiera que la viejita de los dominós que soltaba su pollito sobre la mesa viniera también a decirme -Vámonos-.
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