jueves, 28 de mayo de 2015

con el Couch en el Tockyns

así que estamos en el bar. mi amigo me dice ¡una chela y nos vamos! pero pedimos cuatro. y luego dos más y luego dos más. y me cuenta. amé a esa mujer tanto. pero ella me traía en su carro y me contaba la historia del amor de su vida. y en ese momento me di cuenta que yo no era parte de la foto. ni siquiera era el fotógrafo. no era ni el tipo del catering, me entiendes? pero espera. mientras yo la escuchaba llorar por otro pendejo, bajábamos por una calle de Miraflores desde la cual yo veía la cruz de Chorrillos. No sé qué puta calle era. pero se veía la cruz y sentía que aquello era una señal. Ya sabes, la cruz, que me hablara de otro tipo. así que decidí olvidarla. pero hoy el taxi que me trajo bajó por la misma calle de la cruz. 5 años después. ¿tú crees en las señales? nah, mierda. mira. armé una lista de spotify solo por los nombres de las canciones. para que juntos dijeran algo. Me and the devil the old and the young like a child again not in love it's no good paint it black master and servant under my thumb I'll stay with you gimme shelter but not tonight. ¿te parece que dice algo? ¿oye tú crees en las señales? carajo, hazme caso ¿a quién estás mensajeando?

martes, 26 de mayo de 2015

la teoría del iceberg


Hoy, en medio de una clase sobre la teoría del iceberg en la que leemos cuentos en los que aparentemente no pasa nada pero cuyos personajes viven una tensión tremenda por conflictos que se tejen bajo la marea de lo narrado (Un día perfecto para el pez plátano de Salinger, Gato bajo la lluvia de Hemingway, ¿Por qué no bailan? de Carver) una alumna me pregunta: ya profe, pero ¿qué pasa cuando no está usted para hacer con nosotros este análisis del cuento y descubrir la parte oculta del iceberg? ¿qué pasa si nunca lo veo y no entiendo el cuento? Una pregunta totalmente válida y hermosa a la que tengo que responder algo estúpido y triste: Bueno, supongo que entonces te lo pierdes. Y está bien. Hay libros, cuentos, poemas que no llegan a nosotros en el momento indicado. O fotografías que un día te parecen estúpidas y otro día pueden hacerte llorar. No podemos pisar todas las minas del campo minado. No podemos ser el Titanic todos los días. Ella alza los hombros y sonríe de medio lado como resignada. Quisiera decirle algo más pero no se me ocurre qué. Así que al volver a casa en la bici, pedaleando por Salaverry sigo pensando en lo que me dijo. Pienso que a mí no me angustia tanto perderme ciertos cuentos o libros o canciones porque ya he tenido suficientes que me han marcado para siempre. Pero solo cuando ya estoy por entrar a Pezet descubro que aquello que ella me preguntó sobre los cuentos es lo mismo que a mí me angustia sobre la gente que he conocido o sobre la gente que me cruzo en la calle: ¿Y si no llegaron en el momento indicado? ¿Y si los dejé pasar de largo porque no me gustó la primera frase que dijeron? ¿Y si estaba demasiado borracho, demasiado cansado, demasiado distraído para darme cuenta de lo bellos que eran? Porque me ha pasado que tras haber perdido a una chica o algún amigo he dicho, años después, ¡Era por eso que lo hacía! ¡Así se sentía! ¡Oh mierrrrdaaa! Y he querido abrazarlos como cuando terminaba de leer un libro que me partía. Pero a la gente no se puede volver tan fácilmente como a los libros. No siempre puedes releerlos. A veces tienes que vivir para siempre con la angustia de no saber si en otra época de tu vida los hubieses entendido mejor. O si incluso, pudieron haberse convertido en tu libro favorito. Sigo pedaleando y veo a la gente en las calles, pero ya no veo gente, sino icebergs. Solo una parte de ellos asoma: su cara de sueño, la marca de su carro, lo que compran en el supermercado. Pero debajo de todo eso intuyo sus corazones, la parte grande del iceberg, esperando impactar en alguien que los comprenda. Y me pregunto qué tanto de mi iceberg está visible y si acaso ponerlo más a flote será la razón por la que escribo. Y me pregunto también qué tan lejos está el barco que viene hacia mí. O si es que ya nos cruzamos antes y nos dejamos ir.

jueves, 21 de mayo de 2015

viernes, 15 de mayo de 2015

oe ¿pa eso llamas desde el futuro?

Ayer, al final de la noche, estaba en mi cama viendo una película cuando entró una llamada a mi cel. Lo levanté para ver quién llamaba antes de ponerlo en mute pero no era ninguno de mis contactos. En la pantalla aparecía un número larguísimo como si me estuvieran llamando desde la Matrix. Apreté la tecla verde. ¿Aló? Era mi hermana llamándome desde Singapur.

-¡Holaaaa Kimiiii!
-Habla pes, salvaje
-¿Dónde estás?
-En Singapur
-No jodass ¿Y qué hora es allá?
-Son las 11 de la mañana del viernes.
-¡Cállate, si acá en Lima todavía es jueves!
-Lo sé. Te estoy llamando desde el futuro.
- 0__o ¡Csmmm!

Después conversamos de otras cosas pero cuando colgamos yo solo pensaba en que mi hermana estaba en el futuro. Y ya no pude dormir. Me pasé las siguientes horas pensando en el movimiento de la Tierra, en el Sol, en los husos horarios y en huevadas que nunca me he tomado la molestia de averiguar. Cosas como ¿en qué lugar del planeta empieza a contar el nuevo día? ¿Cuándo y cómo se pusieron de acuerdo? ¿Quién será la última persona del planeta que amanece? ¿Lo sabe? ¿Qué pasa si vas en un barco justo a la medianoche y cruzas esa línea? Y hoy por la mañana: ¿Por qué según el reloj de mi pc mi hermana todavía no ha hecho la llamada que yo ya estoy describiendo? ¿Qué pasa si en 5 minutos, a las 11am, le devuelvo la llamada y su teléfono suena ocupado? ¿Seré yo? Pero sobre todo, la pregunta que me sigue carcomiendo el cerebro es: ¿Por qué mientras yo veo una maravillosa película de Yasujirō Ozu llamada Cuentos de Tokio, mi hermana me llama desde Singapur para contarme que se va a comprar un celular nuevo y quiere que vaya a Compuplaza a que le averigüe si el ancho de banda de Perú es compatible con el de Singapur y si ellos hacen el cambio y cuánto cuesta? ¿Por si acaso alguno de ustedes sabe? xD


lunes, 11 de mayo de 2015

Caradeperro Records

Hace poco le regalaron a Karen un libro llamado "1001 discos que hay que escuchar antes de morir". Como lo tenemos de centro de mesa, cuando nuestros amigos vienen de visita, agarran el libro y lo hojean y gritan: ¡Alamierdaaa este disco! o ¡NOOOOO este disco NOOOO, que quemado! o van corriendo al índice, diciendo: ¡Este disco tiene que estar! ¡TIENE QUE ESTARRR!. Y cosas así. Yo no soy un muchacho que escuche discos, soy más de canciones. Pienso que el shuffle es una de las mejores cosas que se inventó en la vida. Sin embargo, se me ocurrió que sería paja escuchar un disco cada mañana y escribir algo. Tengo un libro que terminar y ando medio trabado y una vez leí que la mejor forma de escribir algo es tener que escribir otra cosa. Un profesor también me dijo: Levántate todas las mañanas y vence el miedo a la página en blanco escribiendo lo que sea. Así que bueno, acabo de crear una página/sello discográfico para hacer eso. Se llama CARAdePERRO Records y Pika sale en el logo. Yo antes tenía un blog donde hablaba de canciones. Se llamaba "Las canciones favoritas de Bruce Lee" y era un blog que disfrutaba escribir, pero luego me lo cerraron por subir canciones sin permiso y solo pude rescatar una docena de textos que había impreso o enviado por mail. La idea de esta página es un poco diferente. No voy a hablar de los álbumes ni mucho menos hacer crítica musical. Lo que haré será darle play al álbum en youtube y escribir algo mientras lo escucho. Luego lo linkearé para que ustedes puedan oírlo mientras leen. Iré avanzando en orden y tratando de no saltear ninguno de los 1001 álbumes. Vamos a ver hasta dónde llegamos. El primero es "In the Wee Small Hours" de Frank Sinatra. Fue grabado en 1955 y, aunque no tiene ninguna de las canciones más famosas de Frank, es terriblemente bello. El libro dice que es el mejor disco de desamor de todos los tiempos y fue grabado al poco tiempo de que Frank terminara su larga relación con la actriz Ava Gardner. Me he pasado la mañana oyéndolo y he escrito un texto con el que inauguraré "Caradeperro Records". Al principio le iba a poner Everymorning Records pero dudo que pueda publicar algo todos los días. Prometo tratar de escuchar dos álbumes por semana. Además vi la cara de Pika que es quien va a estar aquí escuchando los álbumes y dije: CARADEPERRO!

 Bueno, aquí los dejo con Caradeperro Records y Mr. Frank




sábado, 2 de mayo de 2015

pensé que este poema podría titularse ESE MOMENTO DE LA NOCHE EN QUE SABES QUE BILLY IDOL ESTÁ CANTANDO DANCING WITH MYSELF PARA TI porque ¿qué es el poema sino la desembocadura de la desgracia? I DONT HAVE ANY WORDS THAT CAN HOLD YOU LIK HANDS hAnds hands. en algún momento de la noche perdí mi lápiz y me puse a buscar algo con qué escribir en el sargento. ¿sabes lo difícil que es encontrar lápiz en un bar? una chica me miró como si le hubiese pedido una horca o una metralleta. La mujer de las casacas me dio el suyo a cambio de mi dni, así que pude continuar con esto. Me fui a sentar al pie del DJ que es barbón y es mi gran amigo. Me dijo: empezaré mi playlist con la única canción posible. Y empezó con SOLO QUIERO UN POCO DE PASTEL. Así que me subí al estrado y Desde el estrado te vi acercarte. ¿Puedo escribir en tu bitácora? preguntaste. Y pensé QUE OJOS TAN BONITOS y te la di. y te veía dibujar al medio de la pista de baile mientras todos bailaban como si lo último que necesitaran en el planeta fuese un maldito lapicero y una bitácora. Pero tú dibujabas. Mirabas al DJ y dibujabas y me mirabas a mí y dibujabas. Y cuando me la devolviste vi puros garabatos. Personas como hechas de turbulencias y música y pensé: bueno, tengo que conocer a esta chica. Así que cuando te fuiste. tuve que seguirte. Y vi cómo llorabas en la puerta del bar esperando tu taxi y tal vez a un novio hijodeputa y te dije: ¿estás bien? esa es mi bicicleta. Pero te fuiste. Antes de irte preguntaste ¿tienes tu bitácora? Y yo me palmeé el bolsillo trasero del jean que era donde llevaba tus dibujos. Y te vi irte. Y pensé, mientras me montaba a mi bici, en cómo diablos iba a hacer para encontrarte mañana. para que me explicaras por qué tu garabatos eran lo único que tenía sentido esta noche.



viernes, 1 de mayo de 2015

Justo detrás de la barra de este bar tienen un cuadro de César Vallejo. Es una pintura que replica la famosa foto en la que se sostiene la barbilla con la mano derecha. En el dedo medio de la mano izquierda -la que detiene el bastón- lleva un anillo con una enorme piedra roja que brilla como un translúcido piojo lleno de sangre. Nunca lo había notado. Tal vez porque siempre vi la foto en blanco y negro y en la pintura, esa piedra, es el único punto de color. Junto al cuadro de Vallejo está la vitrina que guarda todos los macerados de pisco con aguaymanto, de pisco con hojas de coca y otros licores menos solemnes y más vomitivos. Sobre una de las lunas de la vitrina, la más próxima a César, hay un sticker de Benito Bodoque. Eso es todo lo que hay. Poetas o gatos azules. Y alrededor, paredes. Paredes y licor.