martes, 28 de octubre de 2008

gallinazos

Triste destino han tenido los gallinazos, expulsados de la sociedad como la peste, las ratas, los punks y todas aquellas tribus negras que quisieron granjearse su ladito junto a nosotros. Ahora sólo se les puede ver a lo lejos como loquitos, hurgando en los basurales, guareciéndose en los cerros más tristes de la ciudad o haciendo una espiral lejana bajo el sol.

Pero no siempre fue así. En la ciudad de la costa en la que yo crecí, los gallinazos eran nuestras palomas. Y nuestras gaviotas también. Detenidos en masa junto al puerto parecían un sepelio extraviado en busca de su muerto, un gran monstruo varado entre los botes y las vísceras de pescado. Habían otros que preferían los basurales al pie del cerro, y los de espíritu solitario a los que encontrabas en las afueras de la ciudad donde los viejos burritos iban a masticar piedras en espera de la muerte.

Pero su círculo de acción nunca estuvo limitado a esos sucios o desolados rincones. También se les veía sobre los postes de luz de la plaza de armas custodiando nuestra infancia y nadie se atrevía a decirles oye vete de aquí o qué feo eres. Cada mañana camino al colegio me los cruzaba en los arenales dando torpes saltos entre los algarrobos. Como yo era un niño, también los veía como niños y envidiaba su vida sin clases de matemáticas y baños matutinos.

Dicen que todos los niños sueñan con volar y que algunos hasta se creen superman y se suben a la mesa y se parten la cresta ante los gritos de su vieja y la empleada. Yo creo que si alguna vez soñé con volar y huir, lo hice hipnotizado ante el vuelo circular, lento y demencial de un gallinazo en busca de carroña.

Por eso es que ayer cuando mi tía, asomada a la ventana de la cocina, me llamó para que viera a dos gallinazos que habían venido a pararse sobre la cornisa del chifa de al lado, no pude contener mi alegría y tuve que almorzar allí mismo, parado junto a la ventana, esperando que apareciesen algunos más y anunciaran su retorno definitivo a la sociedad.

¿Qué habrá sucedido en el medio para que ahora nuestras razas tengan que vivir separadas y espantarse la una de la otra? La gente les huye como si fueran malos pensamientos, los señala con el dedo y en el fondo, yo lo sé, sólo hay un deseo de acercarse, de perdonarse, de abrazarlos y de ir al mercado por unas tripas de pollo que lanzarles.

Tiene que ser, pienso yo, que una parte de nosotros los sabe detenidos al borde de nuestra miseria. Detenidos cómo ángeles y sin hacer ascos a lo que nosotros hemos desechado. Mirando con amor el hueso que dejamos a un lado del plato, la manzana que me comí para no pensar en tu boca, una postal partida por la mitad, el recibo vencido de teléfono, el gatito que amaneció muerto en la avenida.

Ya casi nunca, pero a veces como ayer: dos sobre un techo. Aves negras que no hacen nidos ni cantan y que van por allí, llevándose un pedazo de nuestra alma escondida bajo aquel calabozo de plumas y silencio. Hermosos y salvajes músicos de la muerte. Kamikazes urbanos. Buenos amigos. Preciosos corazones negros sobrevolando la ciudad.


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domingo, 26 de octubre de 2008

el miedo nada puede contra el agua

...así que cuando te fuiste y me di cuenta que era sábado y que estaba en Miraflores de noche y solo, me puse a caminar hacia la librería porque las librerías tienen un efecto foco-luciérnaga conmigo y alegría del cronopio saber que ahora las abren hasta medianoche como cabarets.

De modo que terminé allí entre los libros, y yo no compro nunca libros de poesía, en cambio había cogido un cuentito de Horacio Quiroga, de esos de bolsillo que cuestan 5 soles y Crucero de Verano del amigo Truman, pero al final terminé parado frente a un estante donde habían juntado todos los libros de poesía peruana unos al lado de otros como menestras. Los fui abriendo uno a uno hasta que un par de ellos me sablearon como bife angosto y adiós Truman, adiós Horacio, a ver, quién chucha dijo que la gente no compra poesía?

Me fui a la caja y me dijeron que si llevaba un tercer libro me hacían la autopsia gratis. Había uno de Heraud que pintaba salvaje pero recordé que una vez me prometí nunca morirme un sábado por la noche, así que les dije: estos dos y sin bolsita que me los llevo puestos. y así salí leyendo por espinar tan contento que me resbalé con una flor aplastada en la vereda y casi me parto la crisma por bestia.

Cuando llegué al cruce con angamos y ya iba como por el cuarto poema, el libro ya no era un libro, sino un pájaro que se agitaba entre mis manos. Y creo que fue ahí en espera de la combi y con el bicho aquel a punto de devorarme, que me acordé de cuando tenía veinte años y leía los poemas de Karen: contra un muro de la universidad, borrachos en antares, muertos en la calle, y me acordé además del poemario de Kara que hoy terminó de ser impreso. lo imaginé como un dragón durmiendo en el almacén de una imprenta vacía. recordé el poemario de Jorge sobre mi mesa de noche haciendo las veces de lámpara, la siesta de leones de mari, los poemas de sandra, los de laura, los de alain, los de regina, los de daniel y erich, los de erika, los poemas de john y de mario. Y pensaba en todos mis amigos poetas y en cómo a veces me vienen con alguna bobería como que no les salen los cuentos por más que lo intentan y pienso ¿Y para qué carajo querrán escribir cuentos estos salvajes?

Porque al final digo yo, comprarse un libro de cuentos o una novela siempre será: comprarse un libro de cuentos o una novela y punto. En cambio comprar un poemario, es como contratar una pequeña nube que te persiga por un rato, así como la que perseguía a Mario Bros, pero una nube que te llueva encima y que te parta por la mitad con un rayo cuando se le de la gana. Y carajo, talvez me equivoque, pero pienso que eso tiene que ser importante, sobretodo aquí, Dios aquí!, en la única ciudad del mundo, en la que por más que a la gente se le esté incendiando el corazón, nunca, nunca, nunca llueve.


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sábado, 25 de octubre de 2008

Ale

Mi pequeña hermana que ya no es tan pequeña porque tiene quince años y probablemente un novio al que pronto tendré que destripar, me escribió ayer un bonito email pidiéndome que la ayude con un cuento que le habían pedido en su colegio. Ella había escrito ya una hoja y media pero le habían pedido cuatro hojas y ya se había quedado sin ideas. Pero es que !Cristo santo!. A mi mismo, que llevo como diez años escribiendo cuentos, uno de cuatro hojas me toma cuando menos una semana de desvelo y locura temporal. Pero allí tenemos a estos salvajes pidiendo de un día para otro cuatro hojas de literatura a un grupo de adolescentes que ya tienen bastante con todas aquellas hormonas brotándoles del cuerpo como musgo.

De todas formas, yo estaba encantado con todo el asunto porque me hacía recordar la historia de Holden con su hermanita Phoebe y las historias que ella escribía sobre su alterego la niña detective: Hazle Weatherfield. Total que abrí el cuento de Ale (así se llama mi hermana: Alessandra), y me eché a leerlo.

De arranque debo decir que me quedé lelo al ver que era un cuento autobiográfico y no alguna ñoñez copiada del cine o la tv. Era su propia historia. Una historia triste sobre mudarse de ciudad y perder a sus amigos. Además Ale se había tomado la molestia de inventarse un alterego. No sé si se habrá tardado mucho en escoger el nombre o si fue repitiéndolos en su mente hasta que aquel le sonó a sí misma, pero cuando yo leí Sofía, por poco y no salto por la ventana. Sofía es un nombre que yo siempre he querido usar para mis personajes femeninos. Creo que me gusta desde que leí un poco de El mundo de Sofía. Por alguna razón no lo he usado hasta ahora. Y allí estaba ahora Sofía. En el cuento de mi hermana. Sofía era mi hermana.

Después de eso, terminar el cuento me fue facilísimo. Sofía me salía de los dedos, se dejaba guíar como una niña a quien yo estuviese llevando de la mano por la playa. Terminé el cuento en un par de horas y se lo envié a Ale que quedó encantada con la historia.

Así que aquí estoy, después de estas dos semanas, (¿o han sido tres?, ya perdí la noción del tiempo), he vuelto a escribir. Creo que se lo debo un poco a Ale y por eso quería dedicarle este primer post de mi regreso. Ella no lo leerá porque no tiene el link de mi blog, pero con paciencia, supongo que algún día se topará con alguno de mis cuentos y descubrirá a su Sofía dentro. Entonces sabrá que aquel día que me pidió ayuda con su tarea, era en realidad ella quien me estaba ayudando.



Gracias a todos por la espera =D

martes, 14 de octubre de 2008

miércoles, 8 de octubre de 2008

Tómbola pro fondos Heridita Fanzine

Este sábado 11 de Octubre realizaremos la gran TÓMBOLA CULTURAL profondos Heridita Nº5, el evento tendrá lugar en la Librería Comentarios(Jr. Ica 144 - transversal de Jr. de la Unión) , segundo piso . La dinámica de esta actividad será la clásica, es decir por adquirir un ticket se canjeará un premio, la diferencia está en el tipo de premio recibido ya que será una pieza de arte, artesanía, antigüedas o coleccionables. (Yo llevaré para el sorteo algunosss de mis dibujos de hueso y de yujuuuuuu, montajes de pacazos y unas cuantas postit-girl)

Lo recaudado servirá para la impresión del quinto número que será presentado este miércoles 15 en La Noche de Barranco.

Están cordialmente invitados a participar de esta actividad, donde además habrá recital de poesía, pintura en vivo, música y sorteos. Si tienes algún donativo (aretes,libros,libretas,publicaciones,diseños,etc.) para nuestra tómbola escríbenos a : heridita@gmail.com

Participando: Editorial Pilpinta, xnideax, Audiofobia, Javier Quijano de Arsenal fanzine, Ed Hibert, In the Pendiente.

ENTRADA LIBRE / Costo por ticket de tómbola: S/.5 / De 2 a 8 pm.

miércoles, 1 de octubre de 2008

Día 0

Hoy, como todos los días, me levanté temprano. Como todos los días me bañé y como todos los días tomé la misma combi que me llevaba hasta la agencia. Cuando llegué, me puse a entrenar a la chinita que ocupará mi lugar. Luego anduve rondando por allí y al cabo de una hora me llamaron de recursos humanos. Me dieron un cheque con mi liquidación. Era un cheque generoso. Lo miré sonriendo y luego me lo metí al bolsillo. Después de eso ya sólo me quedó despedirme de todos mis amigos y cruzar la puerta.

Ahí afuera hacía una mañana soleada. Ni siquiera me conecté el ipod. Caminé con mi cheque hasta el banco y lo deposité. Me sentía como Andy listo para irse a Zihuatanejo. Cuando el dinero estuvo seguro, fui por una cerveza a Vivanda. Ya que era mis última cerveza antes del período de recesión compré una Sapporo y una Flensburger. Abrí la Sapporo, guardé la Flensburger en mi bolso y entonces saqué unas hojas dobladas en las que había impreso Día Domingo, de Vargas Llosa.

Día Domingo es un cuento que está dentro de aquella antología Los cachorros/Los Jefes y que fue uno de los primeros textos que me hizo querer ser escritor. Trata de un par de amigos que se cagan por la misma chica y se desafían a chupar como salvajes y luego a nadar hasta la reventazón. Como el cuento sucede en Miraflores, mi plan era hacer exactamente la ruta que hacen Miguel, Rubén y el resto de "Los pajarracos" desde el bar hasta la playa.

La travesía empieza en Pardo cuando Miguel viene de caerle a Flora y ella le ha dicho que lo va a pensar. Miguel sabe que esa tarde Rubén también le va a caer así que va hasta el bar a impedir que Rubén salga de allí. El bar que mencionan queda junto al cine Montecarlo en Grau. Yo no encontré cine Montecarlo. Encontré el Teatro Montecarlo, y con la esperanza de que en el pasado ese hubiera sido el Cine Montecarlo y que alguna de las casas vecinas fuera el bar de los pajarracos, me recosté contra una pared y continué leyendo. Iba chupando mi Flensburger junto a ellos.

Cuando por fin todos estábamos bien borrachos y llega la parte en que estos salvajes se desafían a bajar al mar y ver quien es mejor nadador, me puse de pie y me eché a seguirlos. Bajamos nuevamente por Pardo, luego seguimos por Diagonal y finalmente descendimos por aquella empedrada bajada a los baños. Terminé de leer el cuento sentado entre las húmedas piedras de la orilla. Luego me metí unas cuantas piedras al bolso y regresé al parque.

Por la tarde la he pasado aún mejor

Y la noche promete porque he comprado Dr Strangelove
y An american werewolf in London.


Hoy de verdad es el primer día del resto de mi vida.




Quería agradecerles de todo corazón a ustedes que vienen a ver mi blog. Me alegra mucho siempre leer sus coments y espero que no piensen que soy un baboso porque nunca los contesto acá mismo. En el futuro con suerte contaré con más tiempo y espero poder devolverles las visitas.


Por lo pronto, voy a darme unas vacaciones de un par de semanas y ver que se siente no hacer nada de nadaaaaa. Ya les cuento.


Ta lueguito salvajes


=D