domingo, 1 de marzo de 2009

El pueblo tiene hambre

Esta mañana de domingo he prepararado el primer ceviche de mi vida y a la gente se le ha caído el hocico de placer. Alegría del cronopio pues yo hice todo, desde ir en pijamas al mercadito por el perejil...hasta entreverar todo con los dedazos.

Bueno pues, estaba yo allí en la cabecera de la mesa viéndolos relamerse, regodeándome en mis laureles y sintiéndome un norteño de pura cepa cuando mi traicionero cerebro ha llamado mi atención y me ha sugerido que antes de aceptar la inmortalidad con tanta falicidad, debería tomar en cuenta que mi grupo de agasajados está conformado como se detalla a continuación:

(empezando por mi derecha y girando alrededor de la mesa en sentido antihorario)

a.- Mi prima Sandra que justo hoy volvió a casa después de pasar dos meses en Calí a base de bandejas paisas, ajiacos, arepas y ansiando con locura un plato de comida peruana.

b.- Mi hermana, que como ya está cercana a partir en el crucero, lleva unas cuantas semanas almorzando nada más que rodajas de piña y tallitos de apio.

c.- Mi tía Magali, que emocionada de verme cocinar, sería incapaz de criticarme la comida aún si le pusiera unas sanguijuelas horneadas delante.

Yyyy, por supueso... el premio mayor:

d.- Mi tío Martín, también conocido como Falso Kramer o el Tío Plastilina porque sólo sirve para hacer huevadas xD, quien después de una juerga de dos meses en el terminal de autobuses, también volvió hoy a casa ostentando veinte kilos menos desde la última vez que lo vimos: la mañana del 1ro de enero cuando resentido porque nadie quería seguir la juerga de año nuevo con él, dijo que iba por cigarros y nunca más volvió.

A ratos pienso que tal vez tendré que esperar una nueva oportunidad para probar mis dotes de cocinero con un público menos hambriento, pero también he dicho que al carajo con eso, pues las mejores comidas no son las mejor preparadas sino las que te llegan en el momento justo. El mejor pescado frito que recuerdo me lo vendió una niñita en Tumbes por un sol y eran tres pedazos de pescado dentro de una bolsita plástica que comí en el colectivo que me llevaba de regreso a Talara.

No pido la inmortalidad con mi ceviche. Sólo pido que la próxima vez que mi tío esté por allá por el terminal pegándose una larga borrachera decida guardar un sol para volver a casa, o que cuando mi hermana ya esté recorriendo el oceano sobre el Royal Caribbean, recuerde que hay un país que es suyo, un país donde se come rico y en el cual siempre la estaremos esperando.

11 comentarios:

M. dijo...

muy probablemente te hayas comido cien ceviches mejores que el que nos comimos en el regatas, pero rayos eso fue buen ceviche! tal vez solo por la gente y el día y la emoción

es imposible estar fuera de perú habiendo estado en perú y no extrañar la comida peruana

y yo soy venezolana eh? y las arepas son muy buenas, no denigres de ellas peeeee

Anónimo dijo...

comparé, nos vamos a paracas otra vez el próximo fin, que va?
apúntate y preparamos un cevichito allá en la playita
saludos
la mamá de nico

mentolada dijo...

el momento lo es todo



=)

[_kara_] dijo...

con dibujito en paint y todo xD
tan bonito fileteando a sus amigos del mar =D

Laura Rosales dijo...

El tío Martín nooooooooooooo!!!
ahahah..

Pati Difusa dijo...

he de probar ese cebiche

ff dijo...

Falso Kramer es chévere.

Pierre dijo...

=D

Chika migraña dijo...

No me antojes pacazo del mal!!!!! Llevo antojo de ceviche desde hace dias xD

Ya pe... habla, cuando una cevichada? pero por favor... no le vayas a meter maiz al ceviche eh y esta vez, la lechugano solo sera para el glamour :D

Imberbe_Muchacho dijo...

oe pero si el cebche mas rico esta en le mercado, que tanta vaina!

el dibujito la cagada

[_kara_] dijo...

actualiza pe lechuga