Una hora después, cuando Héctor, Mario y Gonza ya se habían ido, he vuelto a bajar al grifo. Esta vez con mi tío Martín que ha llegado un poco borracho a casa. Hemos comprado un par de cervezas negras y nos hemos ido al mismo parque en el que había estado antes. Se puso a llorar un poco y dijo que yo nunca lo invitaba a salir y que él me respetaba mucho. Le dije que de ahora en adelante lo llamaría más. Luego me mostró su brevete falso que había conseguido en Azángaro y volvimos a casa.
Ahora lo he dejado mirando mi kaleidoscopio para que no me hable tantas huevadas y mientras oye canciones de su época a las que se refiere como clásicos (hotel california, love hurts, the guitar man, the year of the cat) se va quedando dormido.
Sobre el comedor sólo queda el esqueleto del pavo con cara. Afortunadamente antes de comérnoslo mi hermana consiguió sacarle una foto. Ahora se está bañando. Parece que va a salir pero espero estar equivocado. Mi tía acaba de decirme que ya acabó su novela y puedo usar la tele. Creo que ya sólo queda ponerme a ver Pesadilla en Elm Street. Más tarde, si la línea vuelve llamaré a mis amigos. Creo que he tenido una buena navidad. Cuando menos mejor que la del pavo con cara.
5 comentarios:
At the end, It's all about love my dear friend
Feliz Navidad
feliz navidad con yogurt!!
exijo una mejor toma del rostro del pavo.
Yo me empujé un puerquito con cara, muy bonito, pero sobre todo riquísimo.... VIVA LA COMIDA CON CARAAAAA!!!
yo comí pato
no tenía cara
era un pato anónimo
Publicar un comentario