Hoy he ido al Parque César Vallejo. Al regresar a casa he hecho este dibujo. Es uno de mis lugares favoritos de todo Lima, solo que no voy muy seguido porque, yendo en bici desde Pueblo Libre hasta Surco, es casi una hora de camino. Como hoy tenía que ir a la UPC, que está incluso un poco más lejos, aproveché el viaje para visitarlo. Es un parque grande, bien cuidado y, por fortuna, casi desolado. En la pileta central, hay una estatua de bronce del poeta mirando hacia la fuente de agua. Antes prendían esa fuente de 12 a 1 y de 6 a 7 pero hoy le pregunté a un jardinero y me dijo que ya no la prenden más. Cuando la prendían, las palomas y otros pajaritos se ponían al borde y bebían y se acicalaban las plumas. Ahora los pájaros beben en los charcos que se hacen en los jardines cuando los riegan.
De regreso a casa, he estado tratando de recordar aquel poema de Trilce en el que Vallejo convierte la palabra todavía en un verbo. Algo sobre todaviízar perenne imperfección. Recordaba que empezaba hablando de la Venus de Milo así que mientras cruzaba la avenida Primavera y San Borja venía repitiendo el poema hasta que poco a poco fue viniendo a mi:
¿Por ahí estás, Venus de Milo?
Tú manqueas apenas, pululando
entrañada en los brazos plenarios
de la existencia,
de esta existencia que todaviíza
perenne imperfección.
Yo no tengo buena memoria pero recuerdo este poema porque un amigo se volvió loco explicándome como Vallejo se follaba al idioma convirtiendo adverbios de tiempo en verbos (todaviíza) o en sustantivos (aunes que gatean); y a la vez, sustantivos en verbos: "Amoniácase casi el cuarto ángulo del círculo". Mi amigo se volvía loco -¡AMONIÁCASE! No puede decir ¡AMONIÁCASE! Que hijodeputa!- Luego lanzaba el poemario a las piedras y se iba al mar, furioso y emocionado.
En Lima, hay muchos parques y estatuas de César Vallejo pero este es mi favorito. Me gustaría que hubiese también un parque a Bukowski al cual ir a tomarme de vez en cuando una cerveza. Aquí les dejo un link con fotos de otros monumentos en Vallejo en diferentes lugares de Lima, del Perú y del mundo. Y un poema de su libro Poemas Humanos:
¡Y si después
de tantas palabras...!
¡Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!
¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y qué más da...!
¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!
Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra! .
no sobrevive la palabra!
¡Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!
¡Haber nacido para vivir de nuestra muerte!
¡Levantarse del cielo hacia la tierra
por sus propios desastres
y espiar el momento de apagar con su sombra su tiniebla!
¡Más valdría, francamente,
que se lo coman todo y qué más da...!
¡Y si después de tanta historia, sucumbimos,
no ya de eternidad,
sino de esas cosas sencillas, como estar
en la casa o ponerse a cavilar!
¡Y si luego encontramos,
de buenas a primeras, que vivimos,
a juzgar por la altura de los astros,
por el peine y las manchas del pañuelo!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo, desde luego!
Se dirá que tenemos
en uno de los ojos mucha pena
y también en el otro, mucha pena
y en los dos, cuando miran, mucha pena...
Entonces... ¡Claro!... Entonces... ¡ni palabra! .
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