domingo, 7 de julio de 2013

día 14 - Cuento de hadas favorito



Yo quería ser como Hans el erizo y tener mi gallina gigante. Quería decir ¿sabes qué viejo? ¿sabes qué vieja? Yo me arranco. Me voy montao en mi gallina chuchamare y ahora si no me alcanza ni el diablo. Pero claro ¿dónde conseguía una gallina gigante? Adiós sueño. Adiós caminos. Me olvidé del asunto. Me adapté al transporte público y la bicicleta. Recientemente sin embargo, ha vuelto a mi el sueño y el delirio por las plumas. Leí esta tira de Fontanarrosa en la que Serafín -el sobrino vegetariano de Inodoro Pereyra- llega al rancho cabalgando una gallina de dos metros y dice: “hay que ver hasta donde crecen estos bichos cuando nadie se los come”. Claro que es una tira cómica, pero igual como que ya me pareció mucha coincidencia tanta mitología alrededor de las aves de corral y me pregunté: Carajo, realmente ¿hasta dónde puede crecer una gallina si uno no se la sancocha? Es algo que da para pensar ¿no?. Y precisamente pensando fue que di con lo de las avestruces. Dije: a lo mejor las avestruces eran como las gallinas, sólo que estas aprendieron a decir patitas pa que te quiero y quien las ve ahora. A ver échate a coger un avestruz, intenta robarle su huevo. Eso ya lo vimos en Los Dioses deben estar locos. No es buen negocio.

Es chistoso como las cosas están a veces tan a la mano que hasta ya da vergüenza andar quejándose o pidiendo. Uno agarra y dice: que quiero una gallina gigante y plaf, ahí está el avestruz. Uno dice: que quiero comerme una nube: a lucachina el algodón de azúcar. Que quiero vivir calato: ahí están las playas nudistas. Que quiero que me parta un rayo y no morir: ahí está tu novia. El señor de la barba blanca ha provisto en abundancia ¿No dicen acaso que hasta hizo al gato para que los humanos pudiéramos acariciar tigres? ¿Por qué no pensar entonces que hizo al avestruz para que yo pudiese cabalgar una gallina? ¿O será que ya estoy hablando muchas huevadas?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Justo hace un tiempo encontré un Hans pequeño al que lo monto sobre el inmenso gallo del nacimiento. Me falta conseguirle su gaita en miniatura. Yo necesito una chiquitolina.

Pierre dijo...

:D