martes, 4 de noviembre de 2014

el hombre que solo comía zanahorias

Mis 2 mujeres se han ido de casa. Karen a la selva y Pika a un albergue donde la están entrenando. Un albergue que según Karen es como la colina de los teletubis llena de perritos pero que yo imagino mas bien como el manicomio de Alguien voló sobre el nido del cuco en versión canina. En su primera mañana de ausencia han venido 2 chicos a entrevistarme. Dos ex alumnos. Los recibí con vasos llenos de jugo de fresa porque esta mañana fui al mercadito y vi que todavía estaban en temporada, o sea que cuestan 4 o 5 soles el kilo, dependiendo de qué tan machucadas estén. Después de la entrevista les pregunté si querían tomar otra cosa y nos tomamos medio jonca de chelas. Mientras bebíamos hablábamos de este cuento de Bukowski sobre el caníbal y la ninfómana. Y también de aquel cuento de S.King sobre un chico que pasea por la ciudad con flores y que al final mata a una chica a martillazos. Antes de irse uno de ellos me dice: No pareces profe. Le digo: ¿qué parezco, alumno?. No, tampoco. ¿Barrendero? No. ¿Qué entonces? Un ebrio. Nos damos la mano en la puerta del edificio y yo me voy en la bici. Paso la tarde durmiendo. Por la noche voy a Inestable y me compro la Poesía Completa de Leopoldo María Panero. Al llegar a casa abro el libro al azar y encuentro un poema que se llama El hombre que solo comía zanahorias. Lo leo y entonces pienso. Este soy yo. Este es mi poema. Y cierro el libro. Y miro mi sala vacía de ladridos y de risas. Y no sé si estar triste. O contento.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo soy "He sufrido bastante hasta llegar aquí" de Bradbury.

He sufrido bastante hasta llegar finalmente aquí
aunque no he estado ni enfermo ni loco
ni hecho trizas.
Y sin embargo, siento que sí.
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