Para que se den una idea,
preferiría estar perdido en la selva,
con una docena de estos bichos sueltos por allí

Hoy frente a la puerta de mi edificio, ya montado en la bici y dispuesto a emprender el camino al estudio, escogí de entre las doce mil canciones de mi ipod, nada menos que Alone Again (Naturally) de Gilbert O' Sullivan. La puta que lo parió. No es precisamente algo con lo que Paulo Coelho recomendaría comenzar el día verdad?. Cualquier DJ que se respete, sabe que una canción que habla del suicidio, la familia, el abandono y la resignación a la soledad, debería trasmitirse exclusivamente en horario nocturno cuando ya la gente está masomenos adaptada a la idea de que ya que estamos metidos en la mierda lo mejor es revolcarse en ella y disfrutarlo como marranos.
Ya hace un tiempo, y consciente de mi personalidad autodestructiva, había yo creado una lista de reproducción en mi ipod a la que llamé good day sunshine, como la canción #8 del disco revolver de los beatles. Aquel grupo de canciones es una especie de inyección de adrenalina para comenzar el día como si llevaras un puñado de frijoles saltarines atorados en el culo. Ahí pueden encontrar temas de chuck berry, bobby mcferrin, sam cooke, jackie wilson y chubby checker (¿por qué será que los negros están tan contentos? xD). También he puesto canciones de los beach boys en su etapa surfer, men at work, pretenders y los monkees con I´m a beliver.
Esta lista sin embargo, gozó de un éxito furtivo y luego fue condenada al olvido para dar paso a todas esas canciones por las que ya me conocen en la agencia como DJ Felicidad (sarcásticamente, por supuesto).
A lo que iba, es a que ya habiendo avanzado un par de cuadras con Alone Again y justo cuando está en la parte que el tipo dice que va a ir a tirarse de la torre más cercana, me dije: ¿pero qué carajo me pasa? Son las nueve de la mañana, voy atrevesando este parque tan chévere, ha asomado un poco el gringo, en el estudio me esperan con sanguchitos y jugo de naranja y gracias a que el trabajo del fotógrafo y el director de arte externo es espectacular, mi función en la semana de fotos se reduce básicamente a echarme en un sillón del estudio a leer todo el día y decir OK cada vez que la foto está lista. Vaya vida para estar triste.
Mi primera teoría fue que yo, inconscientemente, oigo canciones depres para crear un estado melancólico en el cual (y por costumbre), me siento cómodo para leer, escribir o recorrer la ciudad en la bici. Al rato y con alivio me di cuenta que no era así. No soy un adicto al masoquismo y de hecho las canciones como Alone Again fuera de ponerme triste, me ponen de muy buen ánimo con el mundo.
¿Por qué?
Porque la tristeza es un elemento volátil y con el tiempo termina desapareciendo de las canciones que fueron compuestas por gente destrozada.
La letra de Alone Again, podrá ser una verdadera autopuñalada y Gilbert O’Sullivan probablemente se sentía como el culo al componerla, pero el día que tomó una hoja de papel, su piano y convirtió aquel dolor en una canción, esta se volatilizó.
Lo que queda en la canción, y que es finalmente lo que llega hasta nosotros, son los rezagos de aquel enfrentamiento con el dolor, no el dolor. A veces la tristeza es quien lleva las de ganar y tenemos verdaderas canciones para llorar como Al alba, La despedida, The long and winding road, exit music for a film o Los ojos de la tarde. Pero aún en estos casos, aquel intento de sublevarse a ella es siempre algo estimulante. Cada guitarrazo, cada solo de piano, cada grito desgarrador es un: Ok, me están matando, pero voy a irme disparando todas mis balas. Esa, a mi parecer, siempre será una buena razón para seguir pedaleando.