viernes, 18 de julio de 2014

Karen vuelve de Calle Capón con una galleta de la fortuna para mí. Como muero de hambre, antes de que pueda explicarme que es una galleta de la fortuna ya me la metí entera al hocico. Entre los crujientes pedazos de harina siento el papelito sobre mi lengua. Me lo saco de la boca y leo esto: "Crees demasiado en lo que ves en el cine". ¡¡NOOOOOO!! grito emocionado. Se lo leo a Karen. Es el mensaje más bonito que me ha tocado en una galleta. ¡Claro que creo demasiado en lo que veo en el cine, santos chinos del oráculo! y también en lo que leo en los libros de cuentos y hasta en las huevadas que se inventan mis amigos delante de una chela. Y precisamente porque creo en eso es que mi vida se ha convertido en una película, un libro, una conversación de sobremesa. ¿Cómo se puede vivir sin creer que cosas maravillosas te pueden pasar todos los días? ¿Cómo se puede vivir una vida que no provoque ser contada?



1 comentario:

Anónimo dijo...

No comas papel, come lechuga. xD
No, mentira.