miércoles, 24 de septiembre de 2008

Día -7

Ayer durante casi todo el día, tuve un extraño dolor de cuello que ni los masajes de Jenifer (mi diseñadora bitter), ni los de Carla (mi ejecutiva de cuentas) lograron aliviar. Tampoco hizo efecto la siesta bajo mi escritorio después de almuerzo, ni la media docena de tazas de manzanilla que tomé a lo largo de la tarde. Cuando por la noche llegué a casa, mi tía me pasó un misterioso aceite que olía rico pero que tampoco calmó el dolor. Completamente agotado de recursos y a punto de rendirme, fue que opté por darle curso a un poco de marihuana que tenía abandonada y ver si con eso se me relajaba el esternocleidomastoideo.

Apesar de que mi tía y mi hermana ya estaban dormidas, igual cerré la puerta de mi cuarto y salí a mi ventana. Hacía una noche bonita y me fumé el wiro tranquilamente mientras miraba al guachimán dormido en su caseta. Algunas de las cenizas que soltaba caían largo rato encendidas y se apagaban recién a la altura del segundo piso. Era algo digno de verse. Al rato, como no tengo mucha experiencia roleando wiros, la huevada se hizo una desgracia y cayó desarmada al patio del edificio. Entonces me fui a mi cama y apagué la luz. Igual, ya había sido suficiente. Me tapé con mis colchas de tigre. Al principio me sentí bastante adormecido y feliz. El dolor seguía allí, pero era como un sonido lejano. El rebote constante del mar contra las rocas.

Y bueno, a todo esto, ya estaba a punto de quedarme dormido cuando de pronto he recordado lo de las combustiones humanas espontáneas. No sé que me ha dado por allí. Ya saben, no existe un video ni pruebas rotundas de aquello, pero hay gente que afirma haber visto a sus hijos o vecinos ser consumidos por una llama de fuego que salió repentinamente de su propio cuerpo. Se supone que la cosa sucede en segundos. De pronto estás allí y de pronto eres sólo un par de piernas y un poco de cenizas sobre el sillón. Hasta da risa supongo. Parece un chiste. Pero es que es así.

A veces cuando uno fuma hierba todo parece un chiste. A veces también cuando la hierba no es de buena calidad todo te pone paranoico. Aunque sean cosas tan inéditas como la combustión espontánea. Ayer después de la marihuana, el dolor de cuello había desaparecido. Pero allí seguía yo, a las dos de la mañana, echado sobre mi cama con los ojos bien abiertos y rogándole a la Virgen que me tuviera paciencia y que mi cuerpo no ardiera en llamas antes de el amanecer.

7 comentarios:

Jano dijo...

Una por otra.

Yo aún no fumo hierba. Debo ser el único publicista que puede decir eso no? O uno de los pocos.

Cliché, racista y estereotipado mi comentario. Lo sé.

Pero qué no lo es en este mundo?

Anónimo dijo...

Pense que eso de que los publicistas fuman Marihuana era solo un mito....tsss lo que me vengo a enterar a esta edad....muy buen post y blog =D.











P.D.: Me pregunto como seria y la chica post, fumara un poco de marihuana....se prenderia..mmmm

Los aviadores dijo...

¬¬

te va caer tas tas

Imberbe_Muchacho dijo...

oe Pierre, ya pes, hoy sera a la 1 en el chifa de Angamos...queda?

Flucito dijo...

No sólo los publicistas fuman marihuana... recordar que Pierre dejará de serlo para convertirse en escritor joven, o sea, seguirá fumando marihuana.

Pierre... maldita sea la bendita paranoia.

Pati Difusa dijo...

PASTRULO DE MIERDA ESO TE ENSEÑARÁ QUE NO ES BUENO PRENDERSE SOLO


¡¡PARA QUÉ ESTÁN LOS AMIGOS, CARAJO!!

xD

Unknown dijo...

xD me hiciste recordar la cara de José cuando nos prendimos bien bonito por quilca, si QUILCA aunque suene trillado.... xD

ayyyyy!