miércoles, 12 de noviembre de 2008

ayer por la noche

ayer por la noche a mi viejo se le metió el indio. no como se le mete a mi vieja porque cuando a mi vieja se le mete el indio hay que ahuecar el ala y guarcerse bien lejos de su alcance. en cambio a mi viejo el indio que se le metió fue un tal indio duarte que dice que es un poeta gaucho de sus épocas. Todo empezó cuando entró a mi cuarto y me encontró con la guitarra tocando tangos de Gardel. medio asustao chapó la tablatura y se puso a cantar conmigo. yo estaba dándole una y otra vez como un salvaje a aquel que se llama Mano a mano. Ese que también canta Calamaro. le decía: Viejo! como es posible que una canción de despecho tenga mejor letra que todas las de amor que pasan por la radio? El decía: Hasta da ganas de tener una mujer mala pa cantársela, no?. Claro que daban. Daban muchas ganas de tener una bien hijadeputa. No la pidas mucho nomás, me dijo, que ya te va a tocar. Al rato se dio cuenta que yo estaba sacando las partituras de la internet asi que viene y me dice: "oiga mijo, ahora que leo a Gardel me he acordao y se me ha ocurrido, allí en la interné no se podrá encontrar poemas de el indio duarte?. Viejo le dije, acá con el interné vamos a sacar a ese indio de donde sea que se haya metido. Así que nos echamos a la búsqueda. Cuando tuvo los poemas impresos se puso a declamarlos "como en la época del cole cuando era campeón de declamación", según dijo. Había uno que se llamaba Agua Taita Agua Mama y que trataba de un niñito que se moría de fiebre. Luego había otro de un niñito que un día se bebe una botella de licor porque escucha a su papá decirle que cuando él bebe, ve a su mamá que había muerto. Ala puta. Ese se llamaba Porqué no tomo más. Eran todos poemas bien tristes y mi papá los declamaba gritando y llorando y hasta parecía que se le había empenachado el cabello. Por eso digo que se le había metido el indio. Con seguridad le oyeron en toda la cuadra. De todas formas no es que eso importe mucho porque mis vecinos están acostumbrados al escándalo y a la poesía a altas horas de la noche. Cuando se fue a su cama tan contento yo me quedé leyendo un cuento de Rulfo que me había mandado Miguel Angel y que se llama Macario. Vaya tipo este Rulfo. Dicen que no publicó nada hasta grandecito. Tenía ya como cuarenta y de pronto: El llano en llamas. Y dos años después Pedro Páramo. Una salvajada. Si ya había quedao medio transtornado con los tangos y el tal indio duarte, con Macario terminé de enloquecer. Ayer fue uno de esos días en que la camiseta peruana quedaba corta y había que ponerse la latinoamericana. Bueno, los dejo con el tango de Gardel que inició el meollo.




CERRAMOS EL ESTADIO Y NOS VAMOS TODOSSSS!!!!

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