jueves, 31 de octubre de 2013

El Superba

EL SUPERBA, este histórico bar inaugurado en 1929 en la esquina de Petit Thouars y Javier Prado, no se llama Superba porque se le haya caído la R de Superbar. Pero supongo que esa historia ya la conocen así que, para quienes no sepan el porqué, lo contaré al final (más pendejo mi gancho narrativo xD). Mientras espero mi apanado con tacutacu, veo los viejos recortes de periódicos pegados en la pared. Siempre he querido sentarme en esta mesa para poder leerlos, pero hasta ahora nunca pude porque venía con una sarta de borrachos. Ahora sin embargo, estoy solo, así que cojo mi vaso de chela y me paro a leer. En una foto sale Alfredo Bryce comiéndose un apanado con tacutacu como el que yo espero. "El Superba nunca muere" dice otro. Pienso: putamadre, este bar existe desde 10 años antes que el mismo Bryce naciera, desde antes de la segunda guerra mundial. Un bar que tiene la misma edad que Julio Ramón Ribeyro.

Es el último mediodía de octubre. Ha salido el sol y yo he cobrado. Vengo de dictar clases. Justo esta mañana les he leído a mis alumnos un cuento de Bryce: "Con Jimmy en Paracas". Les ha gustado a los cabrones. ¿De qué se trata? les pregunto con el plumón en la mano. Me dicen: De un viaje a Paracas. Anoto en la pizarra. De un niño al que le gusta viajar, de Jimmy. ¿Eso es todo? carajo, ahora sí me saco la correa. No, profe, trata de un niño que observa a su padre. Vamos mejorando. Martín me trae una cerveza y más cebollita con ají. Ahora ya no estoy en el Superba. Escribo esto desde mi casa pero un amigo (el más wasca de todos mis amigos) Ricardo me acaba de llamar para seguirla. Le he dicho que puedo volver al bar en 4 minutos porque vivo a 3 cuadras. Presiento que en media hora estaré allí así que hagamos como que sigo en el bar y esto es solamente un breve oasis de sobriedad.

Esta mañana para ir a clases he pasado por el barrio Marconi, aquel lugar que Manongo y Teresita recorrían en No me esperen en abril. A veces paro en una bodeguita de ese barrio y desayuno en la esquina para sentir que mi vida es la novela que otra persona ha escrito.

Bueno, parece que ya se me subió la chela así que interrumpiremos este texto xD. Pero lo prometido es deuda: El Superba se llama así porque sus fundadores son italianos de Génova y a Génova le dicen "Génova, la Superba" que significa "Génova, la soberbia".

Pero ya basta de etimología, vayan y pidan un tacutacu con apanado y una docena de chelas a mi nombre. Pregunten por Adolfo, por Martín y me timbran que yo en 4 minutos estoy ahí.

No hay comentarios: