miércoles, 3 de diciembre de 2008

Presa Grande

Mi mamá ha adoptado a diez gatitos que andan rondando por el campamento petrolero en que vivimos. No conviven con nosotros en la casa, pero a la hora de almuerzo se les puede ver en el patio relamiéndose los bigotes bajo la ropa tendida. Cuando terminamos de comer, Bryan junta los huesitos y restos del arroz y sale golpeando el plato con la cuchara como se hace en las cárceles. Entonces comienzan a venir los gatos. Salen hasta de debajo de las piedras como lagartijas. Son todos mininos jóvenes y como son diferentes unos de otros me recuerdan un poco a los Thundercats. Bryan ha nombrado a uno "Presa Grande" porque ayer cuando les pusimos la comida ese vino primero, cogió la presa grande y huyó raudamente de los demás, que tuvieron que conformarse con el arroz. Siempre he querido tener gatos para ponerles nombres chistosos. "Presa Grande" me parece un buen comienzo. Para cuando me vaya de aquí deberían haber diez gatos anónimos menos en el mundo.

No hay comentarios: